Caminos para la oscuridad
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- Categoría: Analístas Invitados
- Publicado el Lunes, 23 Diciembre 2019 17:17
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Hermann Bellinghausen
Una fácil descalificación proveniente del así llamado campo progresista en esta América Latina inquieta como nunca, dirigida a los críticos de los gobiernos supuestamente no capitalistas, es que, al ser antielectorales, oponen la utopía de los movimientos a la realpolitik de los partidos que se presentan como única posibilidad contra el neoliberalismo, muy publicitariamente promovido como el mal a vencer por gobiernos como los nuevos de México y Argentina, o los ya defenestrados o derrotados en Brasil, Uruguay, Ecuador y Bolivia. La divergencia en el análisis sería lo de menos si la descalificación no llegara acompañada por ominosas señales como los asesinatos del nahua Samir Flores en Morelos, el popoluca TíoBad en Veracruz o el mixteco Arnulfo Cerón en la Montaña de Guerrero, o las amenazas contra el maya Pedro Uc y los defensores de los derechos humanos del Frayba en el sureste. Se mencionan estos casos por involucrar indígenas, pues las resistencias de los pueblos originarios son, junto con la sorprendente insurgencia femenina (aún más desconcertante e indigerible que la indígena, y que está impactando las sociedades urbanas del continente), resultan eficaces para cuestionar a los estados nacionales de cualquier signo. Entre otras cualidades, comparten el secreto de la organización autónoma contagiosa.