EC499DBB 6771 4ED4 9F3A 91E5ED8184F0

SEGUNDA JORNADA POR LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA


 

 

La Fiscalía de Jalisco, apoyada por efectivos del Ejército Mexicano, intevino ayer a la policía de San Pedro Tlaquepaque, municipio conurbado a Guadalajara, con la finalidad de revaluar a sus elementos ante la sospecha de posibles infiltraciones del crimen organizado, según informó el gobernador de esa entidad, Aristóteles Sandoval. La policía estatal fue puesta a cargo de resguardar la seguridad local y los elementos de la municipal fueron enviados a una academia para ser capacitados y evaluados.

Hace unos días ocurrió algo semejante en Tecalitlán, Jalisco, donde tres ciudadanos italianos fueron víctima de desaparición forzada, al parecer por policías que los habrían entregado a la delincuencia organizada.

Estos hechos obligan a poner en perspectiva la fallida premisa de la estrategia gubernamental de seguridad establecida desde diciembre de 2006, cuando se recurrió al uso sistemático y masivo de las fuerzas armadas para combatir la criminalidad como una medida provisional, con el argumento de que las corporaciones policiales carecían de la capacidad para llevar a cabo esa tarea, fuera por falta de capacitación o porque estaban infiltradas. Se dijo entonces, y lo mismo se ha venido repitiendo año tras año, que las policías estatales y municipales del país requerían de saneamiento y profesionalización a fin de estar en condiciones de cumplir con su responsabilidad legal en la recuperación de la seguridad pública. Asimismo, se ha propuesto una y otra vez el establecimiento del mando único para asegurar el control y la disciplina entre los organismos policiales civiles. Lo cierto es que las escenas de soldados que desarman y someten a cuerpos enteros de policía se han repetido una y otra vez durante el sexenio anterior y el presente, y que a 12 años de distancia es inevitable concluir que nada de eso ha funcionado, que hoy la situación es igual o peor que a inicios de la administración calderonista y que sigue imperando la descomposición en instituciones que debieran encargarse de garantizar el orden, prevenir el delito e investigar transgresiones a la ley, identificar a los responsables y ponerlos a disposición del Ministerio Público para que éste, a su vez, realice el deslinde de responsabilidades y formule las imputaciones a que haya lugar ante un juzgado.

Para ilustrar este aserto, baste con mencionar casos tristemente emblemáticos pero no excepcionales: la atrocidad perpetrada el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, donde policías de esa localidad, en connivencia con los de Cocula y de Huitzuco, agredieron a balazos a estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa y participaron en la desaparición de 43 de ellos, cuyo destino se ignora hasta la fecha; la captura, en febrero pasado, de policías de Valle de Bravo, estado de México, involucrados en la desaparición de un joven; el caso de la fuerza pública ci-vil de Nayarit, que durante la administración de Roberto Sandoval fue colocada de facto bajo el mando del ex fiscal estatal Édgar Veytia, quien a su vez fue detenido hace un año en San Diego acusado de pertenecer a una organización de narcotraficantes, y las reiteradas conductas criminales de efectivos policiales estatales veracruzanos que al menos en dos casos han sido acusados de desapariciones forzadas que han culminado en el asesinato de las víctimas.

A estas alturas es claro que la necesaria profesionalización y depuración de las corporaciones policiales estatales y municipales ha sido insuficiente o improcedente, o que simplemente no ha sido llevada a cabo, y que instrumentos de control tales como los llamados exámenes de confianza están mal diseñados: resulta inexplicable, por ejemplo, que se siga recurriendo a un instrumento tan desacreditado científicamente como el polígrafo.

El país no puede permanecer mucho tiempo más sin contar con corporaciones policiales confiables y capaces de llevar la parte sustancial del combate a la delincuencia. Sería peligroso y aun catastrófico que, en esta circunstancia, se abusara de la recientemente aprobada –e impugnada– Ley de Seguridad Interior para mantener indefinidamente a los militares en esa función. Se requiere, pues, de un cambio en el paradigma de la política de seguridad pública y el combate a la delincuencia.

e-max.it: your social media marketing partner

images            frecuencialaboral

 

Mtro. José María Gerardo Carmona Rocha Aspirante a Rector

150D05C9 0662 4669 8FEE 49A9923B1F08

 

NUMERO 18 JUN-JUL 2023

JUNIO JULIO2023jpg

 

 

Jose María Carmona

  • PARÁSITOS DE ESTADO

    chema José María Carmona

    A unos días de la jornada electoral y casi 90 días de campaña electoral que ha resultado muy miserable en la oferta para resolver los problemas del

    Read More
  • ¿PORQUÉ NO CRECE LA ECONOMÍA MUNDIAL?

    chema José María Carmona

    De acuerdo a las proyecciones del Fondo Monetario Internacional el crecimiento de la economía mundial estará entre 1.8 a 2.4 por ciento con la perspectiva de una

    Read More
  • DESARROLLO Y COMERCIO INTERNACIONAL

     

    chema José María Carmona

    El tema principal del segundo debate de las candidatas y candidato a la presidencia fue el desarrollo económico, por lo pronto no interesa lo que contestaron

    Read More
  • INVESTIGAR A FONDO AL ININEE

    chema José María Carmona

    De acuerdo a una nota publicada en el portal de Cambio de Michoacán que da cuenta de la posible destitución de la directora del Instituto de Investigaciones

    Read More
  • 1

cesmich

Carmona y Asociados Consultores

Captura de pantalla 2021 09 21 12.57.44

 

Contacto:

 geracarmona@gmail.com

 

descarga

Noticiero Respuesta

Blog de Jose Maria Carmona

chema

 

 

Visitantes

38957880
Hoy
Ayer
Esta semana
Semana pasada
Este mes
Mes pasado
Todo
38534
37672
260549
34768137
659238
1064062
38957880
Tu IP: 3.145.107.130
2024-05-19 06:56

Colaboradores Invitados..

  • 1

Economía..

  • 1

Informe Financiero Semanal..

  • 1