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Categoría: Economía
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Publicado el Lunes, 13 Enero 2020 16:30
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Enfrenta resistencia
A pesar de que el gobierno y los empresarios resaltan los beneficios de esta obra, no son pocas las organizaciones que advierten sobre su impacto negativo.
Argumentan que su construcción traerá devastación y privatización de los bienes naturales. Además, afirman que los empleos que se crearán serán precarios.
Es tal la resistencia al proyecto, que existe una campaña llamada El Istmo es nuestro, de organizaciones, colectivos, entes de derechos humanos, ecologistas, redes de la sociedad civil, centros de investigación, académicos, artistas, periodistas y ciudadanos, la cual acusa al gobierno de imponerlo sin tomarlos en cuenta. De igual forma, advierten que es una obra que atenta contra la naturaleza, los derechos de los pueblos y la soberanía nacional.
Por significar despojo de tierras y aguas, daños ambientales y mayor inseguridad, así como la imposición que se traduce en la violación de los derechos de los pueblos del istmo, expresamos nuestro rotundo rechazo a ese proyecto, que es, ni más ni menos, la continuación de los proyectos de muerte impulsados por los gobierno neoliberales, señala la campaña en su página de Internet.
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