BENITO JUÁREZ Y LOS PUEBLOS INDÍGENAS
- Detalles
- Categoría: Analístas Invitados
- Publicado el Viernes, 17 Marzo 2017 13:13
- Visitas: 2035
Francisco López Bárcenas
Las imágenes sobre la figura de Benito Juárez como estadista nacional son tan solemnes que pareciera que sus autores buscaban alejarlo de la realidad en que vivía y colocarlo en otra que le era ajena y muchas veces combatió; como si quisieran que no se le viera como indígena para que pudiera representar a la nación. Las imágenes de su juventud no lo son tanto, tal vez porque son menos; todavía no era representante de la nación cuando se le tomaron y hay más evidencia de su vida cerca de los pueblos; las de su infancia francamente responden a la imaginación de sus autores, provocando un imaginario idílico de esa etapa de su vida. De ahí a afirmar que no se preocupó por los indígenas sólo hay un paso, el cual queda firme si sus actos se analizan con desparpajo, sin incursionar en su esencia y sin tomar en cuenta el contexto y el tiempo en que sucedieron.
Afortunadamente, existen elementos para forjarse otra imagen del indígena que unificó a la nación para defenderla ante la agresión imperialista. Uno de ellos es su reconocimiento de su ser indígena, claramente expresado en sus memorias, que él mismo nombró Apuntes para mis hijos. Otro lo constituyen las condiciones en que estudió para forjar su futuro, trabajando en casa ajena a cambio de la comida y un espacio donde vivir. Pero el que más lo pinta de otra forma en sus años juveniles es su intervención como abogado postulante defendiendo al pueblo de los loxichas contra las arbitrariedades del cura, decisión que lo llevó a pisar la cárcel sin que por eso se arrepintiera o lo llevara a dejar el caso. No estaba contra la Iglesia, sino contra sus arbitrariedades, y para combatirlas tuvo que soportar ser víctima de ellas.