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Categoría: Analístas Invitados
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Publicado el Miércoles, 10 Abril 2019 12:28
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Luis Linares Zapata
La crítica que se expresa en medios, partidos de oposición, organismos externos, no pocos académicos y demás opinadores, amplían y, también, estrechan el cerco sobre la marcha de la 4T. Para ellos no parece haber alternativa: se conserva lo bueno, establecido en regímenes anteriores o sobrevendrá la inestabilidad, el caos, la temida cuan pronosticada crisis. Las comunes alusiones al desastre, tras cualquier decisión del presidente López Obrador, han sido constantes, ardientes, machaconas, terminales. Sus programas se tornan, para los opositores, incomprensibles, torpes, costosos o faltos de sustento conceptual y administrativo. La esperanza y el apoyo multitudinario de los ciudadanos parece haber sido ilusorio, vano, inocente y, finalmente, endeble. Según la oposición crítica, se transita a empujones, alardes e improvisaciones por una ruta que no conduce al cambio predicado. El retroceso a tiempos pasados, –ya idos, por fortuna– del neoliberalismo oficialista, se insiste en catalogar como indispensable. El optimismo de AMLO, afirman con firmeza, no basta para inculcar eficacia al aparato público, tardo y perezoso, ya rezagado ante la euforia ejecutiva. Los perdones, en lugar de acudir ante el Ministerio Público, siguen lanzándose con alarmante desparpajo y contra toda lógica de respeto jurídico a derechos establecidos. Concluyen, de manera por demás frecuente, que se ha formado, en las mañaneras, un tribunal de alzada que sólo conduce a la polarización de la sociedad. En fin, no se escatima insidia para tratar de sitiar, sin aparente salida, el cambio solicitado por la mayoría.
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