Jessica Xantomila

Entre sus peticiones destaca la instalación de una mesa de diálogo con autoridades.

Integrantes de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México ocuparon las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), ubicadas en la colonia Xoco, para que se garantice su derecho a la vivienda, al trabajo, educación y servicios de salud.

También exigieron una mesa de diálogo con la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, y el titular de la dependencia, Adelfo Regino. Nos quedaremos a vivir aquí si no nos resuelven nuestras peticiones porque tenemos derecho a existir en esta ciudad, en este país y en este mundo.

En el marco de la Jornada Nacional de Movilización en Defensa de la Madre Tierra, integrantes de dicha comunidad y de Santiago Mexquititlán, Amealco, en Querétaro, destacaron que como hace 528 años seguimos enfrentando el despojo, la discriminación, el racismo, el desprecio, el asesinato, el desplazamiento y el genocidio para nuestros pueblos originarios y comunidades indígenas.

Indicaron que el INPI no los representa, dado que no defiende ni promueve políticas, programas, proyectos ni acciones públicas que garanticen sus derechos, tal como lo establece la Constitución.

Señalaron que la dependencia “está al servicio de las transnacionales y el capital financiero para legitimar el despojo y explotación de los pueblos en el marco de la imposición de megaproyectos de muerte, como el Tren Maya, el corredor transístmico, el Proyecto Integral Morelos, la refinería de Dos Bocas y el nuevo aeropuerto de Santa Lucía”.

La ocupación también es un acto de repudio a los ataques paramilitares y guerra contrainsurgente contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y de sus comunidades, así como en contra de los pueblos pertenecientes al Congreso Nacional Indígena y Consejo Indígena de Gobierno.