Roberto Garduño y Néstor Jiménez

Sesión del periodo extraordinario en la que el pleno del Senado aprobó la reforma educativa.

La integración de un fondo con recursos públicos para atender las necesidades del sistema de educación superior –a raíz de la nueva reforma en la materia– generó un agrio debate a la medianoche del miércoles en la Cámara de Diputados. Mientras Morena y el PRI defendieron la modificación al artículo decimoquinto transitorio, para que a partir de la Ley de Coordinación Fiscal se obtenga el dinero para ese fin, el PAN se mofó de esa postura al apostar desde tribuna que no habrá posibilidad de conjuntar ese presupuesto especial, porque en la aprobación del gasto del presente año ustedes aprobaron recortes a la educación básica, media y superior; esta es una ley que será letra muerta.

En la fase final del procedimiento aprobatorio del dictamen con reformas y adiciones a los artículos tercero, 31 y 73 de la Constitución, celebrado en el pleno de la Cámara de Diputados –que sesionó en un fugaz periodo extraordinario–, las fracciones parlamentarias de Morena y el PRI llevaron al pleno la propuesta de adición.

Erika Sánchez (PRI) y Juan Pablo Sánchez (Morena) presentaron la propuesta en lo particular. La legisladora priísta adujo que actualmente este nivel educativo cuenta con alrededor de 4 millones de alumnos. No se trata de que los estados y los municipios dejen de invertir en educación, sino de que el gobierno federal absorba los costos adicionales de esta reforma, sin que esto afecte las finanzas de los demás órdenes de gobierno.

La conducción de toda la sesión fue impecable y tajante a manos de la presidenta Dolores Padierna Luna. En el día de su cumpleaños abordó quizá su tarea legislativa más importante, con dureza cuando fue requerida. Con el reglamento del Congreso en mano, frenó al panista Jorge Luis Preciado, quien intentó desquiciarla exigiendo la palabra por más de 45 minutos.

Y es que la fracción del PAN, con una dosis de mayor experiencia que la morenista, capitalizó los yerros de la bancada mayoritaria. Juan Pablo Sánchez desde tribuna careció de argumentos para justificar el impacto presupuestal de la modificación sugerida por él.

Del lado panista, Alfonso Robledo reprochó: no hay manera de que el próximo año haya el dinero necesario para garantizar la universalidad de la educación superior y para la ciencia y todo lo que se requiera de este fondo. Es una mentira. Quieren hacer con cuentas maravillosas de un párrafo que evoca a la aspiración algo que no se va a cumplir.

Con argumentos distintos al del morenista, Enrique Ochoa Reza, ex dirigente nacional del PRI, respondió a la andanada panista:

Aquí en esta cámara discutiremos eventualmente la legislación secundaria de esta reforma educativa y en ese paquete de discusión tendremos que incluir en la Ley de Coordinación Fiscal precisamente los elementos sustantivos de este fondo y ahí tendrán que venir los análisis técnicos necesarios por parte de los estados de la República, de la Secretaría de Hacienda y de la Secretaría de Educación Pública para saber qué necesitamos incluir en la definición técnica de ese fondo, pero eso vendrá en la discusión de la Ley de Coordinación Fiscal.

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