Gustavo Castillo García

Todo mandatario requiere de un cuerpo de seguridad y Andrés Manuel López Obrador no es la excepción. Si quisiera desaparecer el Estado Mayor Presidencial (EMP) porque no confía en los militares o porque hayan cometido excesos, es necesario que se construya un cuerpo civil que cumpla esa función, señalaron los especialistas en seguridad nacional Guillermo Garduño Valero y Raúl Benítez Manaut.

López Obrador sí corre peligro porque, según sus declaraciones, durante su mandato pisará muchos callos y ello lo coloca en una situación de riesgo, y no es suficiente que el pueblo lo vigile, dijo Benítez Manaut, integrante del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Profesor de posgrado en estudios de relaciones internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, sostuvo que “en muy pocos países los cuerpos de seguridad presidencial son militares, en la mayoría son grupos civiles. Por ejemplo, en Estados Unidos el servicio secreto es un cuerpo profesional civil, y en México, si existe un cuerpo militar se debe a la debilidad de las policías civiles respecto de la construcción de cuerpos de protección presidencial.

El EMP es una reminisciscencia del militarismo mexicano, pero se debe considerar que se ha venido profesionalizando y después de las etapas oscuras que tuvo en 1968 se ha concentrando en su función específica: cuidar al Presidente, su familia, secretarios de Estado e invitados internacionales. Con profesionalismo ha brindado apoyo a mandatarios electos y candidatos.

Benítez dijo que López Obrador debe considerar que mientras se construye un equipo civil de protección, algunos integrantes del EMP podrían cuidarlo, porque no hay civiles preparados para eso.

Guillermo Garduño, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana y experto en seguridad nacional y fuerzas armadas, resaltó que el EMP juega un papel importante e indispensable para los mandatarios, “ya que él no es ahora una persona común.

El Estado Mayor Presidencial no es un órgano común, para sustituirlo se debería crear un cuerpo de élite que no existe en México.

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