Los bancos centrales muestran su deseo de contrarrestar el menor crecimiento a través
de menores tasas de interés. En términos de política monetaria, los bancos centrales han
virado a una retórica más acomodaticia este año, es decir, haciendo alusión a la necesidad de
mayor estímulo monetario. Es importante recordar que el Banco de la Reserva Federal de los
Estados Unidos (Fed) incrementó en 100 puntos base (pb) el rango de su tasa objetivo (Fed
Funds Rate) el año pasado, con el último incremento en diciembre. En contraste, ahora (seis
meses después) el mercado descuenta recortes implícitos por 67pb en lo que resta del año y
un total de 91pb en un horizonte de 12 meses. La expectativa del mercado es sobre un primer
recorte en su tasa de referencia tan pronto como el próximo 31 de julio. Existe un fuerte debate
sobre este escenario entre los inversionistas, quienes reconocen que la respuesta del Fed
estará condicionada por el grado de las medidas proteccionistas del presidente Trump y sus
efectos en la economía e inflación. Otros bancos centrales de economías avanzadas tienen
más argumentos para proveer condiciones monetarias más laxas, pero con menor libertad de
acción, como es el caso del Banco Central Europeo y el Banco de Japón. Los riesgos
geopolíticos también están debilitando la actividad económica y la confianza en el Reino Unido
(como el caso del Brexit), resultando en un tono más acomodaticio por parte del Banco de
Inglaterra. Con el holgado triunfo de Boris Johnson al frente del Partido Conservador y su nuevo
rol como primer ministro del Reino Unido el panorama no resulta más halagüeño.
La OPEP+ alcanza un nuevo acuerdo para controlar la oferta de petróleo. La OPEP+, que
incorpora algunos países que no son miembros del organismo, como es el caso de Rusia,
acordó extender hasta marzo de 2020 el recorte colectivo de 1.2 millones de barriles diarios. La
decisión se alcanzó tras reuniones entre Rusia y Arabia Saudita en el G20, revelando el músculo
ruso en la política petrolera actual. Destacó un nuevo objetivo en la reducción de inventarios
globales, ahora apuntando al promedio 2010-2014 de la OCDE, lo cual dificultará el margen de
maniobra para deshacer el pacto. La cooperación se estableció en un marco más formalizado,
aunque aún con pocos detalles y de carácter no obligatorio. En términos generales esta
situación ha ayudado a las principales referencias del petróleo, con el precio del WTI registrando
ganancias de 23.7% en el año, mientras que el precio del Brent se ha apreciado 17.7% en el
mismo periodo. La siguiente reunión se celebrará el 5 y 6 de diciembre en Viena. La demanda
por commodities de energía podría estar afectada por una dinámica de crecimiento menos
benigna en los siguientes trimestres, mientras los balances entre oferta y demanda agregan un
potencial de desequilibrio por producción norteamericana liderando a escala global.