Susana González G.

La rehabilitación de tres de las seis refinerías de Pemex para reducir la importación de gasolinas, planteada por el próximo gobierno, coincide en varios puntos con un proyecto entregado en diciembre a autoridades del sector y representantes de Morena y que fue elaborado, en conjunto, por organismos empresariales como la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y la Asociación Nacional de la Industria Química, así como por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), la agrupación Ex Funcionarios Superiores de la Industria Petrolera y diversos colegios o colectivos de químicos e ingenieros petroquímicos.

Estamos muy contentos de que se retome nuestra propuesta, que hemos estado empujando desde hace años, porque sabemos que mucho del futuro de México depende de que tengamos una industria fuerte, en la cual la refinación y la petroquímica son la base para que las manufacturas sean competitivas en el mercado interno y en las exportaciones. Las refinerías no sólo producen gasolinas, sino las materias primas petroquímicas, aseveró Gilberto Ortiz, presidente de la rama petroquímica de la Canacintra.

Reveló que de todos los equipos, sólo el de Andrés Manuel López Obrador tomó en cuenta el proyecto que empresarios y especialistas elaboraron y el cual ha sido impulsado particularmente por Alejandro Villalobos, ex subdirector del IMP, en el que se pondera una estrecha colaboración con el sector privado para sacar adelante las refinerías, porque no estamos divorciados de Pemex y siempre hemos trabajado juntos.

Los industriales y especialistas no precisaron en el proyecto los costos ni tiempos de la rehabilitación de tres refinerías, pero Ortiz consideró que es viable rescatarlas con 50 mil millones de pesos en siete meses, como adelantó la próxima secretaria de Energía, Rocío Nahle García.

Advirtió que deben realizarse muchos ajustes al presupuesto de 2019 para rescatar la petroquímica nacional, pues todas las plantas de Pemex están prácticamente abandonadas, sin recursos para mantenimiento ni personal capacitado, porque jubilaron o reasignaron a otras áreas a los ingenieros petroleros experimentados.

Con voluntad política y el apoyo financiero puede lograrse, sostuvo, y la inversión será muy redituable para que las refinerías, que operan actualmente a 40 por ciento de su capacidad, produzcan nuevamente todos los petroquímicos que requiere la industria nacional.

De lograrse la meta planteada por el próximo gobierno, aseguró Ortiz, la importación de gasolinas podría disminuir hasta en 50 por ciento, pero también la de la mayoría de petroquímicos que dejaron de producirse en el país y cuya compra al exterior asciende a 20 mil millones de dólares anuales, pues son utilizados en diferentes ramas industriales, como los etilenos para fabricar textiles, detergentes, plásticos y fertilizantes.

El empresario explicó que rehabilitar y reconfigurar las refinerías no significa lo mismo, porque esto último implica modernizarlas para ampliar sus capacidades productivas prácticamente al doble, pero ambas van de la mano.

Sostuvo que las refinerías no están totalmente inservibles ni son pura chatarra y el sector industrial ha considerado que bastan inversiones bastante pequeñas para comprar algunos equipos y refacciones o hacer adecuaciones que solucionen los cuellos de botella en su operación.

Comentó que es posible aumentar la producción simplemente alimentándola con crudos adecuados para su diseño, porque estaban recibiendo crudos muy pesados y difíciles de procesar. Eso puede solucionarse simplemente con una disposición técnica para que sólo sean alimentadas de crudo ligero, y si no se puede utilizar el que se extrae de territorio nacional, porque está comprometido para las exportaciones, entonces que se importen 500 mil barriles y con ello mejorará su eficiencia.

Sobre la inconclusa refinería de Tula, Ortiz destacó que llevaba 60 por ciento de avance porque ya contaba con crakers, que separan la gasolina de otros compuestos del petróleo mediante el calor, pero no fueron instalados porque Pemex decidió no invertir más en refinación y petroquímica.

Confió en que el equipo de López Obrador llame a los empresarios y especialistas que elaboraron el proyecto energético para, en conjunto, poder trabajar y perfeccionar el proyecto para impulsar la refinación en México.

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