Miriam Posada García

El centro advierte que la creación de empleos también se limitaría y propiciaría una afectación en los salarios

Propone efectuar una revisión de los resultados de las reformas estructurales

El consumo ya se ha visto afectado por el efecto de los precios al consumidor y, en parte, por el costo del financiamiento, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector PrivadoFoto Yazmín Ortega Cortés

A pesar de que el Banco de México (BdeM) subió a 7 por ciento la tasa de interés para ajustar la inflación a su meta, permanecen latentes riesgos como una nueva depreciación del peso en cuanto comience la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que se reflejará en nuevas presiones a los precios al consumidor por tiempo más prolongado, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Es evidente, señaló, que el consumo ya se ha visto presionado por el efecto de los precios al consumidor y, en parte, por el costo del financiamiento, ahora podría verse afectado por un menor ritmo de crecimiento de la economía, que se reflejaría en un impacto en la masa salarial.

Aseguró que de confirmarse sus previsiones, la creación de empleos se limitaría y esto propiciaría una afectación en los salarios, que ya de por sí los nuevos empleos se concentran en los rangos más bajos.

Propuso que se haga una revisión de los resultados de las reformas estructurales, debido a que han sido menores o más lentos a los esperados, y que se hagan los ajustes necesarios para que se den con mayor celeridad.

Si bien se sabía que los resultados de las reformas estructurales se verían varios años después, es claro que al menos, hasta el momento, los avances son menores a los anticipados. Esto hace que, dada la coyuntura, es un buen momento para evaluar los logros y plantear posibles ajustes que permitan avances más rápidos.

Los especialistas del CEESP señalaron que si la Reserva Federal de Estados Unidos sube una o dos veces más sus tasas de interés en lo que resta del año, como está previsto, el BdeM tendrá que actuar en respuesta, con lo que se incrementaría el costo del crédito a niveles que afectarán con más fuerza el consumo y la inversión.

En la primera quincena de junio la inflación se ubicó en 6.30 por ciento. Las expectativas de especialistas señalan que cerrará el año abajo de 6 por ciento, y para 2018 la ubican en menos de 4.

El CEESP señaló que la política monetaria del banco central hará que la inflación regrese a niveles cercanos a su meta de 3 por ciento anual, pero, acotó, es probable que esto sea motivado principalmente por un freno en la demanda agregada, dado el impacto en el ritmo de crecimiento de la actividad económica.

Explicó que los datos más recientes indican que la actividad económica muestra señales de menor ritmo de crecimiento en el segundo trimestre del año, lo que va en línea con una expectativa de crecimiento para todo 2017 inferior a 2 por ciento; sin embargo, ese lento o menor crecimiento se deberá a la desaceleración del mercado interno, que en los años recientes ha sido el principal motor de crecimiento económico.

Las cifras más recientes muestran que en marzo, tanto el indicador de consumo privado como el de ventas al menudeo e ingresos por la prestación de servicios, registraron variaciones mensuales negativas, lo que propició una desaceleración en su comparación anual. Esto puede estar relacionado con el hecho de que a pesar de que el crédito al consumo y la vivienda mantienen cifras positivas, su dinámica muestra tasas de crecimiento más moderadas, al menos hasta abril.

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