Andrea Becerril y Víctor Ballinas

Por primera vez se tiene un Congreso manifiesta y mayoritariamente de izquierda, dice Ifigenia Martínez

Con Martí Batres como presidente, ayer quedó instalado el Senado de la República para la 64 Legislatura, en un ambiente de festejo de la nueva mayoría de Morena y entre aplausos a Ifigenia Martínez, quien resaltó desde la tribuna senatorial: Se cristalizan los esfuerzos de muchos años de lucha y se tiene por primera vez un Congreso manifiesta y mayoritariamente de una izquierda democrática.

En su calidad de presidenta de la mesa de decanos, Ifigenia Martínez tomó protesta a los 127 senadores presentes y dio paso a la nueva mesa directiva, en la que Batres fue elegido por unanimidad.

En su primera intervención, manifestó que desde esa cámara del Congreso trabajará en favor de los acuerdos con la finalidad de cumplir con las transformaciones por las que votaron los mexicanos el pasado primero de julio.

Batres destacó que buscará que el Poder Legislativo sea un gran protagonista del cambio político en México, en un contexto de división de poderes y libertades.

Se comprometió a representar al conjunto del Senado con una mesa directiva integrada de manera plural y paritaria por cuatro hombres y cuatro mujeres. Rafael Moreno Valle, del PAN, y Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI, serán vicepresidentes de ese órgano de gobierno.

La elección de Martí Batres fue concertada por la bancada de Morena con las de PRI y PAN, pero no fue del agrado de todos los senadores debido a que, a diferencia del morenista, quien obtuvo 127 votos, los demás integrantes lograron 120.

En su mensaje, Ifigenia Martínez, quien regresó al Senado tres décadas después, advirtió que la nueva legislatura está en la mira no sólo de nuestro país, sino también del extranjero, donde están pendientes del desempeño que tendrán los legisladores, pero confió en que sean ejemplo de unidad, esfuerzo, congruencia trabajo y rectitud.

La bancada de Morena, con 55 legisladores, ocupó el espacio que antes correspondió al PRI, sólo que se ubicaron del lado izquierdo del salón de plenos y los del Revolucionario Institucional, con 14 escaños –faltó el chiapaneco Noé Castañón, quien está sometido a proceso–, quedaron en medio, junto a los del PVEM y los de Movimiento Ciudadano, con los panistas a la derecha.

Como nunca antes en la historia del Senado, la instalación de la 64 y 65 legislaturas provocó tumultos. Las galerías fueron colmadas debido a que la mayoría de los 127 senadores invitaron a familiares y amigos, que incluso ocuparon los lugares destinados para la prensa.

Ahí ubicaron a la cantante Anahí, esposa del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, quien rindió protesta como senador aunque la próxima semana pedirá licencia.

Eso fue insuficiente y en el patio colocaron un centenar de sillas y una pantalla gigante para que los invitados presenciaran la sesión inaugural. De ahí surgieron rechiflas para el ex jefe de Gobierno de Ciudad de México Miguel Ángel Mancera y aplausos cuando apareció la imagen del coordinador de Morena, Ricardo Monreal, tomándose una fotografía con Miguel Ángel Osorio Chong, del PRI, y los coordinadores de los otros grupos parlamentarios.

Al final, la bancada del PRI se tomó una fotografía en la mesa directiva, donde cabían perfectamente, mientras que abajo, más de 50 senadores de Morena gritaban a coro: ¡Juntos Haremos Historia!

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