José María Carmona

La captura del Chapo Guzmán no cancela la crisis financiera por la que atraviesa el país, ni tampoco la incertidumbre sobre el futuro inmediato como producto de la desaceleración de la economía de China que es la tercera en importancia en el mundo, además de la recesión que se espera en Europa para el presente año.

América Latina según las proyecciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional no crecerá en 2016, tanto Brasil como Argentina que sus economías son las más importantes en la región tendrán crecimiento cero  o negativo, a lo anterior hay que agregar el asunto de la economía de Venezuela fuertemente golpeada por la caída internacional del precio del petróleo.

Por lo que se refiere, a la economía de los Estados Unidos sufrirá una desaceleración como consecuencia del aumento de las tasas de interés por la Reserva Federal.

Por lo anterior, el contexto internacional para la economía mexicana es adverso a pesar de la implementación de las reformas estructurales y que crecerá al 2.5 por ciento las proyecciones, sin embargo, las dos principales variables claves tanto en el ámbito financiero como productivo no son favorables para una escenario de estabilidad financieras e indispensables para el crecimiento.

En la última semana el precio internacional de la mezcla mexicana de petróleo ha seguido su tendencia casi vertical al ubicarse la semana pasada a 24 dólares por barril y que confirmar la tendencia del año pasado a la baja, tomando en cuenta que en el 2014 el precio promedio del petróleo mexicano se ubico en 86 dólares por barril y para el año pasado 2015 cerró en 44.6 dólares lo que significa una pérdida del 50 por ciento.

Este desplome del precio del petróleo, tiene efectos negativos sobre las finanzas públicas principalmente sobre los ingresos petroleros que a pesar de las coberturas adquiridas por las autoridades financieras inyecta expectativas negativas de incertidumbre entre los inversionistas, más aún cuando el comportamiento del mercado internacional del petróleo ofrece la proyección de una sobreoferta y que en próximos años no habrá un cambio a la alza en los precios internacionales del petróleo.

A pesar, de que se espera el mejor crecimiento económico para el país con relación a los países y regiones ya mencionadas el tipo de cambio muestra una clara tendencia a la alza y de acuerdo a los analistas es muy difícil de que el peso vuelva a bajar a los niveles por debajo de los 17 pesos por dólar, en promedio el dólar se cotizo en 2015 en 15.85 pesos y en la primera semana del 2016 ya rebasa los 18 pesos por dólar y para los analistas esta tendencia será muy difícil de revertir durante las próximas jornadas cambiarias, a pesar de que el Banco de México sigue inyectando 400 millones de dólares diariamente.

Es evidente la fuga de capitales aunque las autoridades financieras del país lo nieguen y hagan propaganda de los efectos positivos de las reformas estructurales en este sentido, la desconfianza entre el público inversionista, pero prevalece y tan solo la Bolsa Mexicana de Valores durante el 2015 perdió un 30 por ciento de su valor y la semana pasada acumulo una pérdida de más del 6 por ciento.

De esta manera el huracán financiero continúa y las causas son múltiples y variada, pero mientras tanto la devaluación del peso tarde o temprano afectara el comportamiento inflacionario y con ello la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y de los ingresos de las empresas y el Banco de México tendrá que subir las tasas de interés.

Así de esta forma prosigue el juego de serpientes y escaleras financiero mientras el precio del dólar sube, el del petróleo cae verticalmente y la incertidumbre las autoridades no la pueden controlar en el corto plazo.