José María Carmona
Aun nada está definido con relación a la Reforma Educativa y concretamente con la evaluación docente donde solo una minoría se presento al examen, pero lo más importante del asunto es saber dos cosas, la primera si el gobierno a través de la Secretaria de Educación tendrá la capacidad de despedir a los profesores que no se presentaron injustificadamente y la segunda los resultados de la propia evaluación.
Bajo la bota policiaca en Michoacán y este fin de semana en Oaxaca y en Guerrero se llevara a cabo la evaluación, donde existe una mayoría de la disidencia y presenta una fuerte resistencia, también en otras entidades federativas como Zacatecas y Veracruz los docentes se niegan hacer evaluados.
Aunque no existe todavía un balance sobre si la evaluación ha resultado favorable para el gobierno o la CNTE, el hecho objetivo es que la misma no se puede implementar como el secretario de educación Aurelio Nuño quisiera, inclusive Claudio X. González represente de Mexicanos Primero ha guardado absoluto silencio, lo que indica que el proceso no ha sido fácil para el gobierno peñista.
En Michoacán ya se habla por parte de la secretaria de educación en el estado Silvia Figueroa de un segundo examen para aquellos profesores que por causa justificada les fue imposible presentarse al primero.
Otro problema que tendrá que resolver el gobierno es el referente de cómo llevar a cabo el despido masivo de los profesores que se presentaron al examen y no lo aprobaron y los que no lo hicieron.
Miles de profesores en apego a la norma constitucional tendrán que ser despedidos en el corto plazo, pero el problema a resolver es de que manera los sustituirán sin la preparación correspondiente, aunque en algunas declaraciones el gobierno está dispuesto a contratar por tiempos determinado a profesionales de diferentes especialidades, pero sin la preparación didáctica ni pedagógica que es la esencia de la carrera magisterial.
De esta manera el gobierno está dispuesto a despedir a miles de profesores que cuentan con la experiencia y la capacidad pedagógica a costa de la llamada educación de calidad que según los especialistas, la calidad no puede ser aplicada en el proceso educativo porque es la educación un proceso social y no eminentemente productivo, la calidad solo se puede aplicar en el terreno de la ciencia administrativa, en algunas cosas de la economía y de la ingeniería más no a las ciencias sociales y humanísticas.
Mucho se ha debatido sobre el proceso educativo, pero la esencia esta en el acto social pedagógico, que consiste no solo en la transmisión del conocimiento sino su asimilación reflexiva o critica.
Los elementos materiales constituyentes del proceso educativo están soportados en las condiciones materiales y los instrumentos con que se llevan a cabo los procesos pedagógicos que por cierto requiere de recursos humanos capacitados a través de una profesión.
De esta manera el fundamentalismo de la educación de calidad hoy pretende deshacerse de miles de trabajadores de la educación de los cuales el país ha invertido no solamente recursos financieros sino capacidades culturales e intelectuales.
Queda de más, mencionar que como se entiende “la educación de calidad” se concreta a la enseñanza de operaciones matemáticas, el desarrollo de habilidades manuales y técnicas y a la escritura, así como a la comprensión de la lectura, anulando al mismo tiempo las materias de la ciencia social.
De esta manera en el gobierno peñista se encuentra desesperado junto con los gobernadores en el caso de Michoacán de Silvano Aureoles que ha declarado que “tope donde tope” la reforma educativa va.
Esta desesperación por implementar la citada reforma los ha llevado a recurrir a la utilización de los métodos militares para supuestamente garantizarle aquellos profesores que han aceptado la evaluación.
El gobierno tendría que decir cuántos miles de pesos se han gastado en los operativos policiacos, pero lo más importante es que al final de cuentas todavía no hay una tendencia favorable de la implementación de la Reforma Educativa a favor del gobierno peñista ni tampoco la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación puede cantar victoria, la moneda está en el aire.