José María Carmona

El presidente López Obrador arremetió ahora en contra de la llamada “clase media” por los resultados del pasado 6 de junio, donde una buena parte de ella votó en contra de la Cuarta Transformación; el presidente los llamó aspiracionistas porque no se conforman con lo que tienen, sino que siempre quieren más tanto para su patrimonio personal o familiar, así como mejores ingresos para alcanzar los niveles de vida de los conservadores, según él.

La llamada clase media es muy importante desde el punto de vista sociológico, es una capa social que no pertenece a los capitalistas como tampoco a los trabajadores y que muchas veces trabaja por su cuenta propia en profesiones llamadas liberales, contadores, abogados, médicos, economistas e ingenieros pero que no son propietarios de grandes capitales, fábricas, comercios o que tienen sus fortunas en los mercados financieros y viven de la especulación de la bolsa de valores.

Pero tampoco reciben un salario y tienen agotadoras jornadas de trabajo en las peores condiciones.

La clase media es como un amortiguador entre los capitalistas y los trabajadores en sus contradicciones sociales, Marx, la llamó la pequeña burguesía que política e ideológicamente oscila entre los intereses de los capitalistas y el proletariado así como en la época revolucionaria o grandes cambios sociales, la clase media toma partido por una de las dos clases fundamentales de la sociedad capitalista o burguesa.

En el país la clase media en los años sesenta y setenta del siglo pasado tuvo un gran crecimiento como producto de la demanda de profesionistas y el crecimiento acelerado de la matrícula en las universidades públicas, el desarrollo del país demandaba profesionistas altamente calificados en diversas especialidades.

La educación superior representó para la juventud una oportunidad única en la historia económica y social contemporánea del país, porque significó la posibilidad de la movilidad en la escala social; muchos hijos de los trabajadores ingresaron a la universidad pública lo que permitió que pasaran a formar con el tiempo parte de la clase media.

La educación superior y en especial la universidad pública mexicana se convirtió en semillero también de los intelectuales, una buena parte de ellos con tendencia de izquierda, pero también de grandes intelectuales, pero en muchas ocasiones el régimen político del PRI los absorbió para convertirlos en sus cuadros políticos que llegaron a ocupar diputaciones, senadurías, gubernaturas y la presidencia de la república.

Varias  generaciones de intelectuales críticos al sistema político fueron domesticadas y otros fueron perseguidos o desaparecidos por las fuerzas de seguridad, militares y paramilitares.

Pero las crisis económicas, fiscales y financieras a finales de los años setentas golpearon duramente a este sector social tan próspero en lo que se llamó el estado de bienestar llevado a cabo por varias décadas del partido –el PRI- de la revolución mexicana, llamado el “milagro mexicano” en tiempos de la guerra fría, donde no se definía ni como capitalista o socialista.

Pero la crisis de este modelo de desarrollo hizo crisis y entonces se inauguró la era neoliberal, que consistió en la aplicación de los planes de austeridad o de ajuste económico por el Fondo Monetario Internacional.

Pero el “milagro mexicano” desde finales de los años sesenta entró en crisis y la clase media se empezó a pauperizar además de cuestionar la falta de democracia en el país como prueba de ello fueron los movimientos estudiantiles en 1968 y 1971 que fueron violentamente reprimidos por el Estado mexicano.

A esta clase media o llamada pequeña burguesía en términos marxistas perteneció López Obrador y muchos mexicanos que tuvieron la oportunidad de ingresar a la educación superior o la universidad pública.

El empobrecimiento que ha tenido en los últimos años la clase media y en especial por la pandemia explica en buena parte la derrota electoral de Morena y la furia de López Obrador en contra de este sector social, así como de la misma clase media hacia la política de la 4T.

Es por ello que López Obrador no solo descalifica sino también condena a la llamada clase media hoy desilusionada por los efectos de la crisis económica como consecuencia de la política económica y la pandemia, lo que el presidente condena de la maldita clase media y sus legítimas aspiraciones.