José María Carmona

El pueblo trabajador, sectores populares e indígenas de Colombia llevan a cabo un Paro Nacional contra el paquete económico consistente en una reforma tributaria del presidente conservador de derecha Iván Duquen  y como producto de la movilización el presidente colombiano tuvo que retirarla.

El pasado 28 de abril el Comando Nacional de Paro integrado por las tres centrales sindicales y la Fecode, federación que agrupa a los docentes del país, convocó a un paro nacional al cual también se sumaron organizaciones estudiantiles, la Minga indígena y organizaciones de diversas comunidades rurales y urbanas.

El paro se realiza en las principales ciudades con masivas movilizaciones con corte de las carreteras, al mismo se sumaron los transportistas.

Como respuesta al paro nacional el gobierno de Duque responde con la militarización y la represión en un intento de derrotar las movilizaciones dejando un saldo de 17 muertos, 800 heridos y más de 500 detenidos, pero las movilizaciones continúan con enfrentamientos directos entre la población civil y la policía conjuntamente con los militares.

En Colombia se viene acumulando una gran tensión social debido al severo paquete de ajuste que el gobierno de Duque viene impulsando, afectando a los sectores populares. Ya el 21 de noviembre del 2019 se produjo otro paro nacional que fue acompañado de masivas movilizaciones en las principales ciudades colombianas.

Con la pandemia la situación de las trabajadoras, trabajadores y los sectores más pobres, se ha agravado. Precisamente, las movilizaciones se producen en medio de un fuerte rebrote del Covid-19. Ya la pandemia se ha cobrado la vida de unas 72 mil personas, ha aumentado el cierre de empresas y con ello el desempleo y la pobreza. Además de que el gobierno no ha impulsado un plan masivo de vacunación.

Lo que no pudo soportar el pueblo trabajador colombiano fue el contenido de la reforma que aumentaba los impuestos a los sectores más pobres y a trabajadores de la clase media, y el cobro de 19% de IVA a los servicios públicos como el agua, la luz y el gas, servicios funerarios, aparatos electrónicos, computadoras, que hasta ahora estaban exentos de IVA. Como decía una pancarta en una de las protestas: «Si un pueblo sale a protestar en medio de una pandemia, es porque el gobierno es más peligroso que el virus».

El mismo gobierno de Duque hizo público que el 73 por ciento  de las recaudaciones vendrían de las personas físicas y sólo el 27 por ciento de las empresas, en un país donde el sector financiero en el año 2020 sólo pagó por impuestos el 1.9 por ciento de sus millonarias utilidades.

Lo cierto es que la movilización masiva en todo el país, con un rol protagónico de la juventud, logró frenar la reforma tributaria, que era uno de los principales objetivos del paro decretado el pasado 28 de abril. Lo importante es que la lucha sigue en todo el país ahora planteándose la eliminación de la odiada policía antidisturbios, el Esmad, así como la salida de Duque.

Para que se alcancen los anteriores objetivos en la lucha del pueblo Colombiano es llevar a cabo la coordinación de todos los sectores y un plan de acción donde se pueda evitar el estado de conmoción que significa un estado de sitio donde se cancele todas las libertades democráticas y el gobierno de Duque asuma el control absoluto del Estado, así como las telecomunicaciones y el corte del servicio de internet.

Pero lo más importante en este momento es derrotar a la policía y los militares para detener el asesinato masivo de trabajadores y la juventud y el allanamiento de los domicilios sin orden judicial.

El imperialismo norteamericano, a través del presidente Joe Biden conjuntamente con los gobiernos conservadores y populistas de América Latina buscaran una salida negociada incluyendo a la “izquierda” moderada para derrotar el proceso revolucionario del pueblo colombiano que en estos momentos  es decisivo.

Es un proceso o crisis revolucionaria porque los trabajadores y el pueblo han salido a enfrentar la política neoliberal cuestionando absolutamente todo el aparato del estado y están en un momento determinante  de que puedan echar abajo no solo la política neoliberal sino al mismo gobierno de Iván Duque, lo que significaría un gran triunfo  para el pueblo colombiano y desmantelar a los cuerpos policiacos y militares para detener los asesinatos y la represión masiva.

Es por ello, que es necesario la amplia solidaridad con el pueblo trabajador, la juventud y sectores populares de Colombia.

Es por eso la más amplia solidaridad con el pueblo trabajador y la juventud colombiana para echar abajo al gobierno de Duque y para ello es necesario el apoyo de todos los trabajadores de América Latina, al mismo tiempo se debe de exigir a los gobiernos de “izquierda” Alberto Fernández de Argentina y López Obrador de México que rompan relaciones con el gobierno genocida de Duque; a su vez se deben de hacer actos de repudio en las embajadas de Colombia en todo los países y formar comités de solidaridad con el pueblo colombiano.