José María Carmona

Con más de 34 mil muertos por la violencia durante el primer año de gobierno de López Obrador y su gobierno de la 4T, el país se encuentra sumido en la violencia y en un océano de sangre ante la ineptitud  del gabinete de seguridad del gobierno de México.

Todos los días, en todos los medios de comunicación escritos, electrónicos y digitales, se da a conocer varias decenas de víctimas del crimen organizado y de la delincuencia común donde las instituciones de la prevención de la seguridad carecen de la capacidad institucional para investigar y procurar la impartición de la justicia.

Es un hecho innegable la corrupción y la colusión de los diversos niveles de gobierno con el crimen organizado, prueba de ello es la detención de Genaro García Luna y todas las implicaciones mediante una red  de complicidades con la clase política, los cuerpos policiacos y hasta sectores empresariales.

Todos los días son asesinadas un promedio de más de cien personas y desaparecidos otros tantos ante los hechos de impunidad y como ya se menciono la incapacidad  institucional del poder judicial del Estado mexicano.

El hecho más impactante en las últimas semanas fue el asesinato y la calcinación de diez cadáveres de músicos de  Ayahualtempa, municipio de José Joaquín de Herrera, y dos son de Xochitempa, en Chilapa; los mismos eran pertenecientes a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF).

Tras los hechos, a los hijos de los asesinados, la policía comunitaria los convirtieron en policías comunitarios después de un entrenamiento, tal hecho de los niños fue difundido por las redes sociales con un impacto internacional, sin embargo este acontecimiento no inmuto al presidente López Obrador  que continuara con su equivocada estrategia militar para combatir la inseguridad que cabalga por todo el territorio nacional.

Por otra parte, el poeta Javier Sicilia e integrantes de la familia Le Barón en la marcha del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, informó: no tenemos nada qué hablar con el gabinete de seguridad, ese es el problema.

También dijo que Igual que los gobiernos anteriores redujeron el drama y la tragedia humanitaria de esta nación a un asunto de balas, a un asunto de seguridad, a un asunto de seguridad con abrazos, esa no es una política correcta, ni los balazos ni los abrazos, una política de Estado del tamaño del horror y el sufrimiento.

También rechazaron reunirse con la comisión de seguridad que encabezaría la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pues dijeron, “no tiene nada que ver con nuestra agenda”.

El poeta Sicilia sostuvo que México y la bandera que lo representa están llenos de violencia, sangre, muerte, desapariciones, mentiras, impunidad y crímenes atroces, frente a los cuales el lenguaje fracasa. 

Mientras tanto, el presidente López Obrador en su conferencia mañanera dijo que no había recibido a Sicilia y los hermanos Le Barón por cuestiones de “agenda”, además de que no quiso estar presente en la reunión para evitar un posible conflicto en el cual se viera involucrado.

Esta afirmación del presidente es temeraria e interpretada por los analistas como un portazo en  la cara no solo de Sicilia y los hermanos Le Barón  sino también para los miles de víctimas de la violencia y sus familiares  que demandan Paz con Justicia y Dignidad.

López Obrador de esta manera a faltado a una de sus principales obligaciones constitucionales como es atender las demandas ciudadanas y en este caso por la magnitud del problema a las víctimas de la violencia, el presidente cometió un acto de Omisión y para él la única verdad en materia de justicia y seguridad  es la utilización del ejército y la Guardia  Nacional para combatir supuestamente al crimen organizado que tan solo genera más violencia; cuando se necesitan mecanismos extraordinarios para recuperar la paz y la seguridad y sobre todo la reparación de los daños causados por la guerra contra el narco iniciada por el ex presidente Felipe Calderón.

La intolerancia y el incumplimiento de las obligaciones constitucionales del presidente López Obrador para resolver a fondo la violencia, la inseguridad y recuperar la paz, así para escuchar directamente a las víctimas de una guerra contra el narco fallida  lo ponen como un presidente arrogante y bufón, mas aun cuando la semana pasada dijo que no recibiría directamente a los dirigentes de la marcha por la Paz con Justicia y Dignidad para evitar un show mediático.

Pero al señor presidente de la Cuarta Transformación se le olvida un detalle importante para los ciudadanos que es que los mexicanos le pagamos un salario para resolver los problemas nacionales sin escatimar recursos y que las puertas de Palacio Nacional deben de estar abiertas para todo el pueblo.

A parte de eso, es necesario puntualizar que México es un país plural con varias visiones y que una vez por todas tiene que parar la polarización entre los ciudadanos porque la visión de México va mas allá de su proyecto político y sus partidarios de la 4T.

Es por ello que hoy le demandamos a López Obrador queremos Paz con Justicia y Dignidad.