José María Carmona

Carlos Marx afirmo que después de la Economía Clásica fundada por Adam  Smith y David Ricardo, todas las demás teorías económicas era pura ideología, cuando le dijeron que había aparecido la teoría marginalista  o teoría subjetiva del valor, mejor conocida como la teoría del consumidor y del productor que se enseña en las facultades de economía en el mundo.

Todo lo anterior tiene que ver con una nueva “teoría de la economía social” que  se ha puesto en boga tanto en el ámbito académico como parte de la política social de los gobiernos.

La economía social parte del principio de extraerse de las leyes del mercado para establecer un mecanismo de intercambio directo entre productores sin la intermediación del mercado capitalista.

Esta propuesta no solamente teórica sino de política social es una respuesta, según ella al capitalismo neoliberal y como una alternativa al empobrecimiento de millones de personas en el mundo.

De acuerdo al Instituto Nacional  de Economía Social existen en el país más de 61 mil organismos del sector social de la economía, que equivalen a 12 millones de socios participantes que constituyen el 23 por ciento de la población económicamente activa del país.

Pero hay que señalar, que este sector económico es una parte importante de la economía informal y se puede decir sin temor a equivoco que es la economía  de la pobreza y además de ello genera un valor agregado de carácter marginal a pesar del número importante de personas  empleadas,  al mismo tiempo es un sector económico – si se le puede llamar así – de nula productividad del trabajo.

Esta propuesta teórica y de política “económica” alternativa a lo que ha sido el desarrollo neoliberal es impulsada  por un sector de la “izquierda populista” en América Latina sin fundamento científico donde únicamente se pretende extraerse del mercado como ya se indico algo imposible de llevar a cabo bajo la lógica de la ley del valor el de capitalismo global que domina a todas las demás formas de producción no capitalistas como puede ser la economía campesina o las de las comunidades indígenas; además de que no es posible eliminar el dinero como medio de pago o de circulación inclusive en una economía no capitalista como las de las comunidades indígenas.

El surgimiento de las organizaciones sociales que practican el intercambio directo entre productores de hecho forman pequeños mercados que a su vez tarde o temprano tienen que tener contacto directo con el mercado del capitalismo global.

En el terreno de la academia esta forma de pensamiento económico “alternativo” al neoliberal es una deformación no teórica sino ideológica que en el buen término de la palabra cae en la vulgaridad de acuerdo a Marx, que utiliza en la obra la Historia de la Plusvalía que se considera como el cuarto tomo del Capital del mismo autor.

Por otra parte no se puede negar la dominación de las leyes del capitalismo global sobre las economías no capitalistas; en los años sesentas y ochentas del siglo pasado hubo un gran debate entre los marxistas en torno al papel de las economías campesinas  y las de las comunidades indígenas y el mercado capitalista.

Este debate hoy está presente y  está regulado por la teoría del valor – trabajo marxista que consiste en que las economías no capitalistas invierten una mayor cantidad de horas de trabajo en la producción de sus bienes de consumo como producto  de  su baja productividad del trabajo, que los bienes que se producen en el mercado capitalista global, además que a la hora del intercambio, está regulado por los precios de los bienes en el mercado.

Así de esta manera la producción de una tonelada de jitomate, su costo de producción puede ser de dos mil  pesos para el productor directo, pero al llevarla al mercado capitalista tenga tan solo un valor de mil 500 pesos lo que significa una pérdida de 500 pesos para el productor; esto no significa una pérdida de valor de la producción de la tonelada de jitomate sino que tan solo, hubo una transferencia de valor de quinientos pesos – por la competencia en el mercado- para el comprador de la tonelada de jitomate que por “arte de magia”  se convierte en la circulación de mercancía – en este caso la tonelada de jitomate- en una ganancia para el comprador.

La teoría de la ley del valor – trabajo de Marx, funciona para todo los tipos de mercados por ejemplo en el mercado de valores o en el mercado internacional de petróleo y materias primas, sin mencionar en este espacio el desarrollo de la explotación capitalista del trabajo asalariado que puede ser objeto de otra entrega.

Por todo lo anterior, la propuesta tanto teórica como practica de la “economía social” es una alternativa de carácter populista y un paliativo o droga para calmar el dolor de las personas que viven en pobreza, porque va contra las leyes económicas del capitalismo global y solo tiene solución mediante una alternativa de carácter político donde los trabajadores tomen el poder y socialicen y planifiquen científicamente la economía. Lo demás, la propuesta de economía social es pura ideología populista.