José María Carmona

La neoreforma educativa fue aprobada por el Congreso de la Unión y la mayoría de los congresos locales con lo que la llamada mal reforma educativa de Peña Nieto quedo derogada, este hecho fue producto de largos seis años de lucha del movimiento democrático del magisterio representado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación  (CNTE).

Sin embargo a pesar del contenido de la neoreforma para algunos sectores de la CNTE incluyendo al filosofo Enrique Dussel apoyador tanto de la coordinadora como del gobierno de López Obrador, dicha neoreforma  no cambio en nada con relación a la de Peña Nieto, simplemente al mismo “perro le cambiaron el collar ” porque en esencia conserva el aspecto neoliberal.

Si bien es cierto, que los cambios constitucionales en materia educativa le quitan el carácter punitivo a la evaluación y desaparece el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, ahora se sustituye por otro organismo descentralizado que es el Sistema Nacional para la Mejora Continua que tiene como objetivo la planeación y ejecución de la educación nacional, dejando fuera a los maestros y maestras del proceso educativo en este aspecto.

Además de esto se retoma el concepto de “excelencia” que es excluyente, dejando a las minorías nacionales marginadas fuera, porque no toma en cuenta las diferencias culturales y sociales, aunque la reforma constitucional señala de pasada este aspecto. Serán en las leyes secundarias donde se detalle las diferencias sociales y culturales de los educandos.

En un artículo transitorio las relaciones laborales de los trabajadores de la educación se seguirán rigiendo por el Apartado B del artículo 123 constitucional lo que significa que nuevamente, estos trabajadores quedan subordinados a las disposiciones que establezca el Estado y con ello seguirá existiendo la no bilateralidad entre trabajador y patrón, por lo tanto el sindicato de los trabajadores de la educación pasa a segundo término y con ello los mismos quedan en un estado de indefensión frente al patrón que es el Estado quien podrá dar por terminada la relación laboral en cualquier momento.

Prácticamente en los hechos el papel del sindicato de los trabajadores de la educación pasa a convertirse en un florero cuya función es de organizar las festividades del día del maestro, sin ninguna participación en  la contratación, promoción y defensa de los derechos de los trabajadores de la educación en términos formales.

De esta manera la neoreforma educativa de López Obrador  conserva en esencia como ya se indico el carácter neoliberal de la reforma de Peña Nieto.

A pesar que el contenido constitucional de la neoreforma establece el carácter gratuito y obligatorio de la educación,  en todos los niveles deja la puerta abierta para la participación y la imposición de la política educativa a las cúpulas empresariales, además de que se deja manga ancha para que la iniciativa privada siga participando en el proceso de la privatización de la misma educación.

De esta manera, lo que gano el movimiento democrático magisterial con la neoreforma educativa es producto de su movilización y lucha a lo largo de seis años, sin embargo la misma sigue perjudicando los derechos de muchas maestras y maestros, principalmente los que trabajan en educación media superior  y que cuentan con contratos por tiempo determinado y no pueden acumular la antigüedad de años de servicios, ni tampoco tienen derecho a las prestaciones de ley.

Mucho sea comentado en contra de los maestros y maestras en cuanto a la  falta de transparencia en su ingreso a la actividad docente y permanente, por las prácticas corruptas del pasado, pero es necesario señalar que la mayoría de los trabajadores de la educación trabajan en las peores condiciones y con bajos salarios a pesar de los famosos bonos.

La neoreforma educativa todavía deja muchas interrogantes como es el problema del modelo educativo y que  en la misma se elimino el carácter crítico de la educación.

La CNTE como la organización representativa del magisterio que logró echar abajo la mal llamada reforma educativa del gobierno de Peña Nieto, tiene que prepararse para futuras jornadas de lucha, en primer lugar para intentar eliminar el carácter neoliberal de la reforma constitucional y en segundo término para que en las leyes secundarias se establezca  un modelo critico, democrático, plural y para ello hay que preparar nuevas jornadas de lucha porque no basta con la negociación y el dialogo, sino la movilización es el único método para echar abajo la política neoliberal en materia educativa del gobierno de la Cuarta   Transformación para que no siga siendo el mismo “perro con diferente collar”