chemaJosé María Carmona 

Después del derrumbe bursátil y que el país vive en un proceso electoral, así como  la renegociación del TLCAN y en medio de la expansión de la economía estadounidense, la subida de las tasas de interés y las presiones inflacionarias, así como los  factores externos e internos como las presiones cambiarias es necesario analizar algunos indicadores económicos y financieros del país en un escenario de incertidumbre.

De acuerdo a los informes del Banco de México hasta 2016-el ultimo publicado-, los indicadores que reporta, porque todavía no da a conocer lo referente a 2017, se tiene que el crecimiento en el 2016 de la economía fue de 2.3 por ciento con una inflación del 3.3 por ciento.

En ese año, la base monetaria, es decir los billetes, monedas y otros medios de pago en circulación  aumento el 11.4 por ciento; así mismo el ahorro financiero interno fue para el mismo año de 2.5 por ciento.

Por lo que se refiere a la tasa de interés de los Certificados de la Tesorería (CETES) fue de 4.1 por ciento; en cuanto al tipo de  cambio registro 20.7 pesos por dólar.

En cuanto al manejo de las finanzas públicas con el propósito de mantener la estabilidad financiera del país el déficit público fue de 2.6 por ciento con relación al PIB del país y  la deuda pública neta represento el 41.8 por ciento en relación al PIB.

La balanza comercial del país en 2016 tuvo un déficit del 1.3 por ciento del PIB; de igual manera la cuenta corriente que es la suma de la cuenta comercial más la cuenta de capital, su déficit fue de 2.7 por ciento.

Por lo que se refiere a la deuda externa total representa el 34.8 por ciento del PIB y el pago de los intereses  por este concepto represento el 2.5 del PIB y las reservas internacionales del país alcanzaron un monto de 178 mil millones de dólares.

Por lo que se refiere a la oferta agregada que  está compuesta por el Producto Interno Bruto mas las importaciones en el 2016 aumento el 2 por ciento y las importaciones tan solo crecieron en 1.1 por ciento.

Mientras para el mismo año la demanda agregada que  está compuesta por el consumo interno más la inversión aumento 2 por ciento; en tanto el consumo total fue de 2.6 por ciento.

Así mismo, el consumo privado aumento en 2.8 por ciento y el privado tan solo lo izo en 1.1 por ciento.

Por el lado, de la inversión total del país en 2016 sola mente creció el 0.4 por ciento, de la cual la inversión privada aumento 2.2 por ciento y la pública tuvo un decrecimiento negativo de menos 9.2 por ciento y las exportaciones crecieron el 1.2 por ciento.

Por otra parte la formación bruta de capital que es la ampliación del aparato productivo represento el 23.3 por ciento con relación al PIB; el ahorro externo fue para este año de 2.7 por ciento del PIB y el ahorro interno represento el 20.6 por ciento del PIB.

Como se puede apreciar la situación de la economía mexicana y sus variables financieras tuvieron un comportamiento de crecimientos débiles en barios aspectos y aunque todavía no se conocen los resultados de los mismos indicadores en su totalidad para 2017, los datos preliminares no son muy diferentes, aunque el crecimiento económico para este año es mayor, la inflación alcanza el 6.7 por ciento que es muy elevada de acuerdo a los resultados de los últimos años.

Sin duda alguna, que 2018 será muy complicada en cuanto a materia económica y financiera además de aspecto político que afectara las expectativas de los inversionistas y el comportamiento de los consumidores.

Estos son los principales indicadores del comportamiento económico y  financiero del país, en un año marcado por la incertidumbre tanto los factores externos de carácter comercial y financiero como internos donde el factor político es determinante en el corto plazo.       

                          

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