chemaJosé María Carmona

Javier Corral gobernador de Chihuahua le puso el “cascabel  al gato”, mejor dicho a la Secretaria de Hacienda en el sentido de exigir la extradición del ex gobernador Duarte y el pago de 700 millones de pesos que se le adeudan como producto de los remanentes financieros que cada año las diferentes secretarias del gobierno federal no ejercen del presupuesto público-Ramo 23 destinado a pagar sueldos y salarios de los gobiernos estatales- aprobado y que el presidente lo distribuye discrecionalmente a los gobernadores  para que salden las cuentas públicas de fin de año.

En el caso de Chihuahua y según el gobernador Corral en esta ocasión ese recurso no fue entregado por la federación como una medida represiva ante la investigación por corrupción al ex gobernador Cesar Duarte y que el no pago de ese recurso financiero asfixia las finanzas públicas de esa entidad federativa.

Ante estos hecho el gobernador chihuahuense inicio el fin de semana una caravana por la dignidad que partió de Chihuahua hacía la ciudad de México bajo las demandas de la extradición de Duarte símbolo según el gobernador de la corrupción, y la entrega de los 700 millones en  disputa.

Pero como se dijo al principio, este nuevo escándalo nacional le pone  el “cascabel al gato” en tiempos preelectorales, pero lo más importante que pone al descubierto la forma de cómo en este caso el gobierno de Peña Nieto utiliza políticamente el presupuesto federal para castigar o premiar a gobernadores, en el primer caso a los opositores, y en especial el gobierno de Javier Corral, según él por haberse atrevido a investigar toda la corrupción de Cesar Duarte.

Que hubo corrupción durante el gobierno de Cesar Duarte, la hubo sin duda alguna y ante el anuncio de la caravana de Corral la Procuraduría General de la Republica emitió las demandas de extradición para Cesar Duarte y de esta manera calmar las aguas, sin embargo esto no fue suficiente para calmar al gobernador chihuahuense y evitar el escándalo nacional.

De acuerdo a los analistas políticos, Cesar Duarte tiene mucha información de cómo se manejo los desvíos del presupuesto del gobierno de Chihuahua y que fue a parar una buena parte a las campañas del PRI.

Lo anterior de  acuerdo a la declaración judicial del ex secretario de Educación Ricardo Yáñez Herrera en el 2016 con el acuerdo de Manlio Fabio Beltrones entonces dirigente del PRI, por eso no es casual que Beltrones se halla amparado.

De esta manera, el periodo preelectoral ya se mancho por este escándalo por una parte el manejo discrecional del presupuesto del gobierno federal y por la otra la impunidad y corrupción de los priistas; es por eso que Javier Corral golpea duramente al gobierno de Peña Nieto y al débil pre candidato José Antonio Meade.

El escándalo es mayúsculo más cuando el  precandidato del PRI  manejo el presupuesto del gobierno federal y necesariamente sabe como hicieron los movimientos financieros entre la federación y el gobierno de Chihuahua, aunque Luis Videgaray entonces secretario de Hacienda fue el encargado de la operación financiera.

Como ya se menciono Corral pone al descubierto el manejo político del presupuesto federal por parte de Peña Nieto, al mismo tiempo enciende una alerta para que los recursos públicos del gobierno federal no sean utilizados en la campaña presidencial del PRI con el objetivo de imponer mediante la compra del voto, el manejo de los programas sociales y todas las demás maniobras al débil precandidato “ciudadano” sin partido José Antonio Meade.

Por lo pronto la caravana de la dignidad de Corral contra la corrupción y la impunidad pone en crisis al régimen político, al gobierno de Peña Nieto y al proceso preelectoral del PRI y en la opinión pública el repudio a la clase política y en particular el repudio  al gobierno de Peña Nieto van en aumento. Sin duda alguna Javier Corral le puso el “cascabel al gato”.

                    

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