José María Carmona
El gobierno de Peña Nieto presento al Congreso de la Unión el paquete económico para el 2018, que está compuesto por los Criterios Generales de Política Económica, las Leyes de Ingresos y Egresos del gobierno federal.
En los criterios del gobierno federal establece las metas macroeconómicas, así de esta manera se proyecta un crecimiento económico entre 2 a 3 por ciento con una inflación del 3 por ciento cuando para este año la misma alcanzara el 6 por ciento; por lo que se refiere al tipo de cambio se fija en 18 pesos con 10 centavos y la tasa de interés de los Certificados de la Tesorería conocidos como CETES a 28 días en 7 por ciento anual, con déficit de 23 mil millones de dólares que equivale al 1.8 por ciento del PIB.
En cuanto a los ingresos presupuestales se espera un crecimiento real del 3.6 por ciento en 2018 con relación a este 2017 y un desempeño mejor en los ingresos tributarios.
El proyecto del Presupuesto de Egresos de la federación se incrementara en el gasto no programable en 7.3 por ciento que equivale a 102 mil millones de pesos lo que significa que habrá más recursos financieros para la inversión.
El gobierno federal también aplicara de acuerdo al proyecto presentado un ajuste en los ramos administrativos de 28 mil millones de pesos lo que equivale al 2 por ciento real que contiene una reducción de los servicios personales por 2 mil 800 millones de pesos que equivalen al 0.9 por ciento real y al gasto de operación por un mil 600 millones de pesos que representan en términos reales una diminución del 1.1 por ciento con relación al 2017.
Por otro lado, por segundo año consecutivo se espera tener un superávit del 0.9 por ciento del PIB lo que significa que el gobierno espera tener un ahorro adicional lo que repercute en un menor endeudamiento.
Se pretende disminuir el porcentaje de la deuda total del país que actualmente es del 48 por ciento a 47.3 con relación al PIB.
Con todo lo anterior, el gobierno federal pretende que para el 2018 las finanzas públicas del país vuelvan a un equilibrio sostenido en el mediano plazo para consolidar la estabilidad financiera y el crecimiento económico, así como la tendencia según la versión oficial en la generación de empleos.
El documento que contiene el paquete económico 2018, hace un conjunto de referencias al entorno económico y financiero internacional y como el “buen” manejo de la política monetaria y fiscal permitió a las autoridades financieras enfrentar en mejores condiciones el escenario de incertidumbre de principios de año.
También hace referencia de la estimación de los ingresos presupuestarios por 4 billones 735 mil millones de pesos, lo que representa un crecimiento como ya se dijo del 3.6 por ciento en términos reales con relación al 2017.
En contrapartida, el gasto neto pagado propuesto es de 5 billones 201 mil millones de pesos que implica un incremento del 2.2 por ciento real, este aumento que se registrara proviene de un crecimiento del costo financiero como consecuencia de una mayor deuda nominal y el aumento en las tasas de interés y mayor participaciones a las entidades federativas, debido a la favorable recaudación tributaria.
En consecuencia, el gasto programable propuesto es de 3 billones 697 mil millones de pesos y se mantiene prácticamente constante en términos reales para el 2018.
También se proyecta un aumento en los ingresos de 40 mil millones 700 mil pesos lo que representa un aumento del 0.2 por ciento del PIB.
Por todo lo anterior, el gobierno federal pretende ajustar el gasto público en dos sentidos, por una parte por el aumento de los ingresos tributarios se espera obtener el año entrante, por el otro un ajuste al gasto corriente y un menor endeudamiento con relación al PIB.
Así de esta manera, el gobierno federal pretende mantener bajo control las principales variables financiera y sobre todo la estabilidad donde uno de los objetivos es disminuir la inflación con un crecimiento económico modesto y continuar aumentando el empleo; en síntesis el paquete económico para el 2018 está diseñado para lograr la estabilidad económica y financiera en un año electoral de pronóstico reservado y mantener la certidumbre y la confianza para los inversionistas principalmente extranjeros.
