José María Carmona

Una y otra vez,  Donald Trump hecha a bajo la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), mientras el equipo negociador de México argumenta que es parte de la negociación del gobierno estadunidense.

Pero lo cierto, es que para Trump lo que menos le importa en estos momentos es la relación comercial con México, la cual la califica como abusiva y que perjudica a  los intereses  gringos.

Mientras que para las cúpulas empresariales mexicanas el tratado comercial es de vida o muerte ya que representa el 80 por ciento del intercambio comercial internacional del país, también la parte estadunidense no está de acuerdo con los arranques de su presidente, ya que de terminarse el tratado mencionado  treinta estados  de la Unión Americana  saldrían perjudicados en sus economías ya que una buena parte de sus exportaciones  son hacia el mercado mexicano.

Mientras que el gobierno peñista defiende de manera fundamentalista el libre comercio, su contraparte esta por echarlo  abajo mediante una estrategia proteccionista que equivale a más de 500 mil millones de dólares.

De esta manera este fin de semana se volverán a sentar a la mesa de negociación las partes, sin embargo han firmado  una cláusula  confidencial para que  en términos de varios años no se conozca el contenido de los términos de las negociaciones.

Sin embargo el TLCAN todos los días se tambalea y tumba al peso en el mercado cambiario   por la incertidumbre que genera entre los inversionistas internacionales, a lo que hay que agregar el factor político interno del país.

De esta forma, el futuro comercial del país no está definido y para  varios analistas del sector privado es mejor abandonar el tratado comercial y apegarse a los lineamientos de la Organización Mundial de Comercio (OMC),  donde ambos países podrían  fijar  un arancel  en promedio del 6 por ciento a las exportaciones.

Como se puede observar, la negociación comercial se está complicando día a día,  aunque el gobierno mexicano asegura que su equipo negociador tiene mucha experiencia en el asunto, lo cierto es que  las condiciones las pone la parte estadunidense.

El próximo fin de semana, será la segunda ronda de conversaciones donde no se esperan avances significativos en la nueva versión comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

Por lo que se refiere a lo que está en juego en el lado mexicano es la industria automotriz,  la de autopartes, la electrónica que conforman casi el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas y que equivalen a un monto superior a 250 mil millones de dólares , pero es necesario señalar que la mayoría de estas exportaciones son realizadas por empresas multinacionales, esto implica el déficit   comercial  de Estados Unidos  con México por el famoso monto de 60 mil millones de dólares, que Trump argumenta como un abuso comercial de la parte mexicana.

Lo más importante del asunto, es que para Donald Trump la negociación del TLCAN no es lo mas importante en la relación bilateral, sino la construcción del muro fronterizo, el cual asegura que lo pagara México, porque es un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos porque los migrantes  son delincuentes potenciales, además que le roban  el empleo a los estadunidenses.

Ante estas declaraciones  xenofóbicas, el gobierno de Peña Nieto, se comporta de manera sumisa y con temor de que la parte negociadora se levante de la mesa en cualquier momento echando abajo una negociación que equivale al monto de más de 500 mil millones de dólares.

En conclusión, todos los días la negociación del TLCAN se tambalea, ante la arrogancia de Donald Trump y la sumisión del débil gobierno de Peña Nieto.            

        

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