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José María Carmona

La buena noticia es que la economía mexicana creció en el primer trimestre del año en 2.7 por ciento de acuerdo a estimaciones del INEGI lo que significa un avance de tres decimas con relación a lo estimado por los analistas.

Este crecimiento obedece a que la Semana Santa cayó en el mes de abril y no en marzo por lo que se registraron mayor número de días laborales en el primer trimestre del año frente al mismo periodo de 2016.

Las expectativas de los analistas y especialistas esperaban un crecimiento entre 2 y 2.2 por ciento en el periodo señalado la explicación de este pequeño crecimiento de la economía mexicana obedece al crecimiento del sector agropecuario el cual fue de 6.9 por ciento aunque hay que destacar el nulo crecimiento de apenas 0.2 por ciento del sector industrial mientras el sector servicios aumento a 3.7 por ciento.

Este crecimiento de la economía mexicana obedece a factores estacionales que como ya se menciono en el primer trimestre del año como hubo más días laborables.

Cabe destacar que por entidad federativa Michoacán observo en el cuarto trimestre del 2016 del 10 por ciento  con relación al mismo periodo del año pasado.

Esta recuperación de la economía mexicana en gran parte obedece a las medidas en el ajuste del gasto público y la política monetaria, así como las medidas adoptadas por el Banco de México en términos cambiarios.

Todavía falta más información desagregada del comportamiento de los subsectores del crecimiento económico durante el primer trimestre del presente año, pero son duda alguna es un buen resultado a favor de la política económica del gobierno de Peña Nieto más aun cuando este crecimiento económico ha estado acompañado por el crecimiento en el empleo,  el cuarto trimestre del 2016 la tasa de desocupación desestacionalizada fue de 3.6 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), su nivel más bajo desde el segundo trimestre del 2016, cuando se ubicó en 3.4 por ciento , mientras que para un cuarto trimestre es la más baja desde mismo periodo del 2005, cuando fue de 3.3 por ciento, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Las exportaciones no petroleras tuvieron en el primer trimestre una expansión anual de 9.2 por ciento, la mayor desde el cuarto trimestre de 2014-

En cuanto a la demanda interna registro una evolución favorable, particularmente en el consumo privado, inversión en maquinaria y equipo nacional, y la construcción de vivienda. Desde los factores que han apoyado el fortalecimiento del mercado interno destaca la creación de 377 mil 694 empleos formales durante el primer trimestre del 2017.

En cuanto al crédito otorgado su expansión fue de 9.3 por ciento por la banca comercial al sector privado; cabe señalar la reducción del 3.5 por ciento de las tasas de desocupación por otra parte durante este periodo el mercado interno se vio impactado por un crecimiento anual de 4.3 por ciento de las ventas al menudeo en el primer bimestre, así como el incremento anual del 8.9 por ciento en el país en el periodo enero-marzo.

 De esta forma estos son algunos factores determinantes de la recuperación de la economía mexicana durante el primer trimestre de 2017, lo que indica que como ya se menciono que la política económica adoptada por la emergencia del efecto Trump fortaleció las expectativas positivas de los inversionistas.

Todo lo anterior significa un saldo positivo en términos económicos para el gobierno de Peña Nieto, pero todavía el crecimiento del 2.7 por ciento y la reducción del desempleo al 3.5 por ciento son insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de la mayoría de los mexicanos, aunque el argumento oficial diga que la marcha de la economía mexicana va muy bien, todavía hay que esperar que esta dinámica se sostiene a lo largo de 2017 y lo más importante es el crecimiento económico y del empleo sino la distribución del ingreso nacional que deja mucho que desear.

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