José María Carmona

Con 13 cambios en el gabinete de Silvano Aureoles puede tener dos lecturas; la primera que los programas gubernamentales y las políticas públicas implementadas no han dado resultado a reserva de una evaluación del quehacer gubernamental que no se siente en los ciudadanos, no se refleja en un mejor nivel de vida; y la segunda es una manifestación de crisis.

La llamada reingeniería a la administración pública tiene el propósito de hacer más eficaz y eficiente los recursos públicos y el ahorro de mil millones de pesos según el mandatario estatal.

Como se sabe por lo menos cuatro o cinco son los problemas estructurales de la entidad michoacana, salud, educación, seguridad y finanzas, quedando pendiente la estrategia de desarrollo.

Así pues el cambio esperado hace unos días era el de la secretaria de Salud y efectivamente Elías Ibarra Torres sustituye a Silvia Hernández Capi, en una secretaria que necesita una cirugía mayor tanto en el aspecto administrativo como en el médico y la infraestructura clínica, donde existe mucha opacidad en los recursos particularmente en lo que se refiere a los medicamentos y al material de quirúrgico, las instalaciones hospitalarias parecen de hospitales de guerra y lo más grave del asunto es la mala atención de la salud de los michoacanos que atiende que se encuentran en un estado vulnerable y qué decir de los recursos financieros del Seguro Popular.

Por otra esta el aspecto de la planeación y fomento del desarrollo en especial, el económico, donde las funciones estaban divididas por una parte la Coordinación General de Gabinete y Planeación que la verdad nunca cumplió con un propósito fundamental el de implementar una estrategia de desarrollo de acuerdo al plan de gobierno y por otro lado la secretaría de Desarrollo Económico que durante la gestión de Antonio Soto solo implemento programas populacheros sin un impacto mayor y su política –si la hubo- de promoción de la atracción de inversiones a Michoacán es demasiado pobre.

Además a esto hoy desaparecen y su fusionan una serie de oficinas gubernamentales, y fidecomisos que tenían el propósito de fomentar el desarrollo industrial el almacenamiento, el desarrollo ambiental y sostenido principalmente en la costa michoacana, el fomento al turismo, el desarrollo rural y hasta la famosa comisión de ferias. Todas estas funciones y organismos de carácter económico y de planeación a lo largo de cuatro administraciones estatales, tres de ellas perredistas nunca impulsaron una estrategia de desarrollo económico de Michoacán.

Hasta un servicio estatal del empleo está separado en la estrategia del desarrollo, y únicamente es una agencia de colocaciones sin vinculación a las actividades productivas mediante una política pública efectiva.

Si en verdad los cambios en el gabinete estatal tiene el propósito no tan solo de hacer más eficiente y eficaz la administración pública para poder fomentar las actividades productivas que se traduzcan en un mayor crecimiento del empleo o tan solo son un cambio de maquillaje ante la ineficiencia en la implementación de las políticas públicas del gobierno de Silvano Aureoles.

Hasta ahora por los cambios hechos, en una primera aproximación la administración pública estatal particularmente en el aspecto económico tendrá una dispersión de esfuerzos y recursos públicos, pero la concentración de las fusiones de los organismos descentralizados no tendrán mayores efectos si no se opera un cambio de fondo en las funciones sustantivas de acuerdo al plan de gobierno.

De esta forma con el ajuste al gabinete del gobierno estatal tiene que llevar a cabo una evaluación para volver a reordenar la estrategia de desarrollo que tanto necesita la población michoacana, de lo contrario tan solo se quedara en un cambio de maquillaje y con las mismas inercias en la burocracia estatal.

Hoy queda claro que en materia de desarrollo económico para el gobierno silvanista es la Zona Económica Especial, pero esto es insuficiente para detonar el desarrollo económico y regional en todo el territorio michoacano en beneficio de la población michoacana para mejorar sus condiciones de ingresos, empleo y vida.

Hasta ahora solo es un cambio de gabinete, pero todavía falta la planeación de una estrategia de desarrollo económico de largo plazo que detone el crecimiento económico, el aumento del empleo y abata la pobreza y la marginación existente, la decisión la tiene el gobernador Silvano Aureoles.