chemaJosé María Carmona

Antes que inicie el proceso electoral de manera formal que será en el mes de octubre de este año, los aspirantes a la candidatura presidencial de los diferentes partidos, ya aparecen en las encuestas electorales como se sabe por parte de Morena Andrés López Obrador encabeza las preferencias en los posibles votantes, a su lado esta Margarita Zavala y Osorio Chong.

Sin embargo a pesar de que López Obrador  ha presentado su libro “2018 La salida” –que el que escribe no ha tenido oportunidad de leer todavía-, en necesario hace algunos planteamientos de carácter teórico en el sentido de la propuesta de política económica y social.

Pero que hay que adelantar que aunque López Obrador propone una alternativa de combate a la corrupción y el aumento del gasto público con una política de austeridad en cuanto al gasto corriente, en el fondo de las cosas no hay un cambio sustancial para modificar radicalmente la política económica, como dice popularmente “es la misma gata, pero revolcada”.

Y es que en el fondo de las cosas lo que está en juego la continuación o no de la política neoliberal instrumentada por los gobiernos priistas y panistas en los últimos treinta años y a la que critica sutilmente López Obrador, pero no tocara en sus esencia ni con el pétalo de una rosa.

Como se dijo al principio de esta entrega lo que interesa es el planteamiento teórico de lo que serán las propuestas electorales; por un lado, el PRI y el PAN plantean la profundización de la economía del mercado, es decir el modelo neoliberal llevado hasta las últimas consecuencias con sus costos económicos y sociales que significan un mediocre crecimiento económico de apenas 2 por ciento anual, 50 millones de mexicanos en la pobreza, una tasa de desempleo cercana al 5 por ciento y sobre todo la continuación de la dependencia con relación a la economía estadounidense.

Por su parte, Morena o López Obrador y el PRD hoy con la cabeza más visible de Silvano Aureoles como candidato presidencial después de lo sucedido el sábado pasado de recorrer el país los fines de semana, seguramente plantearan una política económica más orientada a una mayor intervención del estado en la economía y en la solución de los problemas sociales.

Como ya se sabe estos últimos treinta años de neoliberalismo económico que prácticamente ha privatizado el conjunto de la economía incluyendo el sector energético, y la profundización de la dependencia del crecimiento económico del sector exportador en función de la dinámica económica de los Estados Unidos que ha tenido como consecuencia la destrucción del aparato productivo y las cadenas de producción que ha significado la ruina de miles de medianas y pequeñas empresas, a pesar de que el gobierno peñista pone como un “orgullo nacional” al sector manufacturero exportador fuente de financiamiento del crecimiento económico junto con la entrada de inversiones extranjeras al país por un monto promedio en los últimos diez años de 24 mil millones de dólares.

La propuesta de la mal llamada izquierda mexicana en todas sus variantes ha de proponer una política económica alternativa con más intervención estatal y volver a la regulación de los mercados, pero dejando intacta la apertura comercial.

Para ella, la solución de los problemas nacionales se resuelve a través de una reorientación de a política económica. La pregunta que está en las campañas políticas es ¿Más mercado o más estado?

En el plano teórico están los planteamientos por un lado de la concepción teórica monetarista que tiene como prioridad el combate a la inflación, la reducción de los déficits fiscal y en el sector externo, con ello se pretende reducir el consumo, la inversión y el menor crecimiento económico y del empleo.

Lo que contrario es un aumento del gasto público como motor del crecimiento con sus adecuaciones en la política fiscal para hacerlo financieramente viable; sin embargo la propuesta de la mal llamada izquierda mexicana no pretende tocar algo fundamental que es la relación de la propiedad sobre los medios de producción para revertir la concentración del ingreso nacional, reducir la desigualdad social y la marginación con la pobreza.

De esta manera, en los programas electorales o propuestas de gobierno estará en debate la continuación del neoliberalismo que por cierto se encuentra en crisis o una mayor intervención estatal en la economía para resolver los problemas estructurales del país. La pregunta es ¿más mercado o más estado?     

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