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José María Carmona

 

La política discriminatoria y anti migrante de Trump afecta directamente al país en dos sentidos, en social y en político.

 

Existen muchas causas de la inmigración de los mexicanos a Estados Unidos entre las cuales destacan las económicas como ya se sabe, las sociales y también las culturales, particularmente en el caso de los estados de Michoacán y Zacatecas principales expulsores de mano de obra.

 

Durante muchos años hubo varios tipos de migración entre las cuales estuvo la migración de los braseros que durante la segunda guerra mundial sustituyeron a la fuerza de trabajo norteamericana.

Pero existen los antecedentes históricos desde el siglo XIX del fenómeno de mexicanos migrantes; por años la migración circular fue una constante y que consistió en la estancia de los mexicanos en Estados Unidos por un tiempo y el retorno al país.

 

De acuerdo – a los verdaderos – especialistas en migración, en el transcurso de los años se han constituido redes sociales de carácter étnico y rural, donde los connacionales emigran de comunidades enteras y localidades muy específicas, las características que tienen son tema para otra entrega.

 

Pero un aspecto que no se ha estudiado, por los especialistas en migración es la descapitalización de las zonas rurales y las comunidades indígenas migrantes sometidas al despojo y a la explotación por medio de la transferencia de valor de la producción de subsistencia, principalmente en las zonas de producción de granos básicos, este fenómeno significa que el valor de la producción es mayor al precio del mercado lo que los productores agrícolas pierden sin tomar en cuenta a los acaparadores y de que hace tiempo se eliminaron los subsidios a través de los precios de garantía en el mercado. En esta misma situación de transferencia de valor se encuentran las comunidades indígenas migrantes.

 

Este aspecto es fundamental para el entender el poder migratoria en las zonas rurales y ahora en las zonas urbanas, como producto del empobrecimientos de la población derivado de la política neoliberal.

Como se sabe hoy los políticos de todos los colores y sabores han iniciado una supuesta campaña de defensa de los connacionales en Estados Unidos en contra de las acciones de deportación de los migrantes al territorio nacional, pero en realidad lo que está en el fondo de las cosas es el riesgo de la caída de las remesas que para el año pasado significo un monto de 27 mil millones de dólares el más alto en los últimos años.

 

El aumento de 8.8 por ciento en el ingreso de remesas y la depreciación del peso frente al dólar en 20.7 por ciento significaron un 'incremento 31.3 por ciento en la medición de los envíos en pesos de los paisanos, mismos que alcanzaron los 553,260 millones de pesos, equivalente al total de los ingresos no tributarios captados por el gobierno en el 2016.

 

A diferencia de muchos otros países que reciben remesas, en el caso de México esa entrada de recursos del exterior es reducido con relación al tamaño de la economía mexicana. De hecho, en el periodo 2007-2013, las remesas con relación al PIB registraron una tendencia a la baja. Sin embargo, a partir del 2014 se registró un cambio notable, debido a la combinación del menor dinamismo económico, al aumento en la llegada de remesas y a la depreciación del peso respecto del dólar.

 

Destaca el estado de California, desde donde se envía 31 por ciento del total, y junto con Texas, Illinois y Nueva York, se tiene que de estos cuatro estados proviene 55 por ciento de los envíos. En forma general, de 20 estados proviene 86 por ciento de las remesas que envían los paisanos mexicanos. México ha sido la cuarta economía receptora de remesas en el mundo, luego de la India, China y Filipinas.

 

El promedio en el 2016 de cada envío es de 294.77 dólares y el 98 por ciento se hace por transferencias electrónicas.

 

En el 2016, lo recursos captados por remesas se ubicaron como la tercera fuente generadora de divisas más importante al país, sólo superadas ligeramente por las exportaciones del sector agroalimentario que en años recientes ha crecido en forma importante.

 

Entre el desfile de políticos a Estados Unidos en la supuesta defensa de los migrantes y por la no deportación, la declaración hecha por Silvano Aureoles en días pasados puede ser la más congruente al manifestar que la solución está en lograr la ciudadanía de los migrantes indocumentados. Así de esta manera el problema migratorio está en vías de convertirse en un problema social grave y las remesas pueden caer afectando la subsistencia de millones de mexicanos.

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