José María Carmona

Las cúpulas empresariales y varias organizaciones de la supuesta sociedad civil han convocado a varias movilizaciones contra los ataques del gobierno de Trump, por su política anti migratoria y discriminatoria contra los mexicanos, así mismo, en apoyo al gobierno de Peña Nieto que tiene el más bajo nivel de aprobación que ningún presidente del país, en la época contemporánea había tenido antes.

El llamado es a la “unidad nacional” y el apoyo a Peña Nieto para que puedan negociar en posición de “fuerza” ante Trump; el canciller Luis Videgaray y el Secretario de Economía Ildefonso Guajardo Villarreal, los cuales no han dado a conocer el contenido de las primeras conversaciones con el gobierno estadunidense, teniendo una política diplomática secreta

Hasta hoy Videgaray lleva una política diplomática secreta, donde en los principales puntos de la agenda no están  en la política migratoria, sino las condiciones de la renegociación del Tratado de Libre de Comercio.

Pero volviendo al tema de las movilizaciones de este domingo convocada por las organizaciones patronales disfrazadas de organizaciones de la sociedad civil tienen el propósito de apuntalar al antipopular gobierno de Peña Nieto, golpeado por los efectos del gasolinazo y el aumento de los precios de la canasta básica que deteriora el poder adquisitivo de los salarios.

De esta forma, la famosa “unidad nacional” entorno del gobierno Peñista es  para que no caiga más, en el fondo de las cosas tiene el propósito de que el deterioro político del presidente no  se profundice, al mismo tiempo muchos sectores empresariales están amenazados de perder las fabulosas ganancias que les ha dejado el TLC.

No es casual, el superávit de 60 mil millones de dólares que tiene México a favor  en el intercambio comercial, es por ello que Trump acusa a México de aprovecharse de este acuerdo comercial.

Otro aspecto, a considerar es la situación de mas de 15 millones de migrantes en los Estados Unidos que hoy se encuentran amenazados con la deportación y están indefensos y la política exterior del gobierno peñista es de sumisión ante el gobierno norteamericano.

Para el gobierno de Peña lo único importante de los migrantes es el monto de las remesas familiares que envían al país y que pueden ser gravadas por Trump en un 10 por ciento.

A pesar, de la política demagógica de Peña y los gobernadores de las entidades federativas expulsoras de mano de obra a los Estados Unidos, para llevar políticas de apoyo al regreso de los migrantes para que se integren al mercado laborar mexicano, es algo imposible con muchas implicaciones sociales, culturales y hasta políticas; el país no cuenta con las condiciones necesarias para recibir a miles de connacionales ni mucho menos de garantizarles un empleo y una remuneración salarial decorosa.

El retorno de miles de migrantes al país de manera masiva es una bomba de tiempo que no puede desactivar el gobierno Peñista, por una parte las comunidades migrantes se quedaran sin las remesas con las que subsisten y por otra parte los migrantes en retorno no encontraran fuentes de trabajo.

De esta manera los empresarios ligados a la actividad exportadora están aterrorizados de los términos comerciales que impondrá Trump y hasta la posibilidad de que se graven las exportaciones mexicanas, es por ello que hoy cierran filas con Peña Nieto y el asunto de los trabajadores migrante queda en un segundo plano.

Es por ello, que los trabajadores tan golpeados y los sectores populares no se deben de confundir con la convocatoria a una supuesta “unidad nacional” que tiene en el fondo de las cosas el propósito de apuntalar la desprestigiada figura presidencial y salvar los intereses de los grandes capitales, con una política diplomática de sumisión al gobierno de Trump, lo que menos importa a estos grupos convocantes en apoyo de Peña Nieto es la situación de millones de trabajadores migrantes hoy amenazados por Trump.

Es por ello que es necesario levantar una política de solidaridad con los migrantes desde las organizaciones sociales y sindicales independientes y obligar al gobierno peñista a defender la  posición de la no deportación masiva y echar abajo la construcción del muro; lo demás es demagogia, que también toda la clase política está levantando y sobre todo Peña Nieto tiene que informar al pueblo de las negociaciones secretas, por eso se le tiene que poner un final a la diplomacia secreta.