José María Carmona
En la edición del jueves pasado el ex gobernador de Michoacán Víctor Tinoco Rubí declaro que los últimos ex gobernadores de Michoacán Lázaro Cárdenas, Leonel Godoy y Fausto Vallejo deben de comparecer para explicar el crecimiento exponencial de la deuda pública de Michoacán.
Tinoco Rubí afirmo que al término de su mandato dejo unas finanzas públicas estatales sanas y el desorden financiero comenzó en el 2003 con Lázaro Cárdenas Batel.
Y es que el problema no es tan solo de cuánto y cómo creció la deuda pública estatal, sino también como se gasto el endeudamiento estatal, ahí está como dijo Cantinflas “ahí está el detalle”.
El manejo financiero del gobierno estatal de las últimas administraciones hasta antes del gobierno de Silvano Aureoles, está guardado en una caja de cristales polarizados en lugar de transparentes.
Siguiendo con las declaraciones del ex gobernador Tinoco Rubí, el se pregunta qué hicieron con cuantiosos recursos públicos y la explicación más común y corriente fue la famosa licuadora, es decir una sola fuerza como el cajón de un tendejón de un pueblito marginado donde toda la familia le mete la mano para los gastos sin llevar contabilidad ninguna aunque sea elemental.
Es evidente la opacidad con que estos ex gobernadores antes citados manejaron el gasto público y por consecuencia la deuda, a pesar de que ya se vencieron los términos legales para que el Congreso Local los llamen a cuentas.
Del dominio público es que términos técnicos el gobierno de Michoacán está quebrado y que tiene muy pocas alternativas de maniobra para aquel de la política de gasto un instrumento para el desarrollo de Michoacán.
Las medidas para mantener en un relativo equilibrio financiero al gobierno es la reducción del gasto público en cuestiones que no sean prioritarias, la modernización de la administración pública estatal y la restructuración de la deuda bancaria.
En materia de gasto corriente el gobierno de Silvano Aureoles no tiene muchos márgenes de maniobra porque implicaría despedir a una buena parte de la burocracia estatal lo que está en “chino” por la fuerza política que representa el STASPE.
La otra alternativa seria aumentar las tarifas y los precios de los bienes y servicios que genera el estado, así como el de los derechos.
Pero de acuerdo al último informe trimestral de la cuenta pública, la deuda pública estatal aumento en 5 mil millones de pesos alcanzando un monto de 32 mil 709 millones de pesos. La deuda a corto plazo aumento de manera acelerada durante el último año al pasar de 8 mil 484 millones de pesos a 13 mil 158 millones de pesos que representan un incremento del 50 por ciento por ese concepto en el gobierno de Silvano Aureoles y la deuda de largo plazo no tuvo un incremento significativo.
Ahora bien la presente administración estatal acaba de descubrir un endeudamiento por 600 millones de pesos durante la administración de Salvador Jara lo que se tiene que aclarar y transparentar y la Auditoria Superior de Michoacán, si es capaz tiene que abrir una investigación a fondo.
También el secretario de finanzas anuncio en conferencia de prensa que se reestructurara un monto de 18 mil millones de pesos.
Más allá del manejo del problema financiero de Michoacán la opinión del ex gobernador Víctor Tinoco Rubí en parte es razonada y los ex gobernadores Cárdenas, Godoy, Vallejo y Jara, este último que todavía legalmente tiene la obligación de acudir al congreso a comparecer.
Por lo pronto los gobernadores antes mencionados con excepción de Tinoco Rubí, aunque no estaría mal que también lo hiciera y por sus propias declaraciones no tendría ningún inconveniente en comparecer, están manchados por la opacidad y el desprestigio por la opinión ciudadana que sospecha de que el mal manejo de la deuda pública de Michoacán y el gasto público está lleno de corrupción en las últimas cuatro administraciones estatales, antes de las de Silvano Aureoles.