FONDO Y CRISIS
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- Categoría: Analístas Invitados
- Publicado el Miércoles, 11 Marzo 2020 12:30
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Luis Linares Zapata
La multitudinaria marcha del domingo pasado y la notoria ausencia de mujeres en sus trabajos cotidianos y las calles de varias ciudades fue un audible golpe civilizatorio. La andanada de protestas ha sido ruda muestra de la intransigencia que bulle en cada una de las manifestantes y huelguistas. ¡No más atropellos, basta de discriminación, vejaciones y miedo, no más muertas! La energía que derrama la protesta bien puede situarse a la altura de la épica de otros tiempos y por otras causas de opresión: derecho a votar y ser votada que, durante décadas, movilizó a millones de ellas. Tal y como fueron, también y en siglos idos, la lucha por su acceso a la educación, bien puede decirse con justa apreciación que estas rebeldías surgen desde lo más profundo de la historia humana. Basta revisar la actual situación de las mujeres desde la perspectiva de las distintas religiones para aquilatar el fondo del problema existente. En cada una de ellas, las condiciones reservadas al género femenino dista mucho de ser equitativo y justo.