José Cárdenas
Javier Corral deja claro que no venderá su amor a ningún postor.
¡Híjole!... no sabe usted qué preocupados nos tiene saber que la Miss México Wendolly Esparza no irá al concurso de Miss Universo en protesta por las declaraciones ofensivas del empresario estadunidense Donald Trump -versión bizarra del Capitán América-.
El autor del ataque xenofóbico más lacerante, provocador, indignante y exacerbado que ha recibido México en los últimos años está apestado. Univisión, Telemundo, NBC, Ora TV de Carlos Slim y Larry King y hasta Televisa boicotean al masiosare, ese extraño enemigo que ha profanado con su peluca y su trompa el orgullo nacional.
Fuck Mr. Trump ... se la mienta Erika Vidrio en un video que ya alcanza 140 mil visitas en YouTube: https://youtu.be/BfuTIOnyMxY
EL MONJE LOCO: El relevo panista no será un jardín de rosas para Gustavo Madero y su joven maravilla, Ricardo Anaya. La candidatura de unidad, soñada por el liderazgo blanquiazul tras el descarte de Margarita Zavala se fue a la basura en el momento en que Javier Corral alzó la mano.
El más incómodo de los senadores del PAN deja claro que no venderá su amor a ningún postor; lo suyo es combatir. De entrada sospecha de la comisión organizadora del proceso interno; dice que hay cachirules. Según el chihuahuense rebelde, Marcela Torres, Kenia López, Francisco Gárate y Silvia Garza están vendidos al dúo dinámico Madero-Anaya, razón suficiente para dudar de la legalidad del numerito completito; también denuncia manipulación del padrón partidista.
La presencia de Javier Corral dejará al panismo ante una disyuntiva: avalar la escasa autocrítica maderista que culpa del fracaso electoral al chistecito de avalar el Pacto por México, o elegir una opción que prometa limpiar la casa de moches y mochos. La contienda interna comienza marcada por la confrontación y una nueva amenaza de ruptura.
Gustavo Madero lleva ventaja; domina el tejido fino de las relaciones entre la militancia, pero también es cierto que en el PAN nunca se sabe qué puede pasar; ni siquiera los expresidentes panistas de la República lograron imponer su voluntad, cuando Vicente Fox topó con la pared de Manuel Espino y Felipe Calderón no pudo -ni puede- con Madero, aún sometido a juicio por el mal resultado electoral.
El reto para el PAN no es solamente definir su futuro inmediato de cara a 2018, sino construir la unidad perdida en el momento en que Felipe Calderón y Gustavo Madero se declararon la guerra para dejar partido al partido.