Emir Olivares Alonso

En años recientes existe una creciente feminización en los procesos migratorios en la región y, pese a ello, persiste una enorme invisibilización del reconocimiento de las mujeres como actoras activas en el fenómeno, alertaron expertas en el tema.

Enna Ayala Sierra, directora de Seguimiento a la Política Nacional para Combatir la Violencia contra las Mujeres, del Instituto Nacional de las Mujeres, indicó que 47.3 por ciento de la población migrante en Estados Unidos son mujeres, y la mitad se enfrenta a la desigualdad laboral, pues sólo 49.9 por ciento ha logrado obtener un empleo, mientras entre los hombres la cifra supera 80 por ciento.

Durante el conversatorio Género, migración y familia: su problemática, organizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la especialista agregó que 46 por ciento de las mujeres migrantes en aquel país son solteras, viudas o separadas, lo que significa que son jefas y sostén de la familia; ello obliga a que 81 por ciento de quienes han logrado obtener un trabajo se emplee en el sector de servicios, uno de los menos regulados en Estados Unidos, lo que incrementa su vulnerabilidad.

Uno de los riesgos que las mujeres migrantes enfrentan en su intento por llegar a territorio estadunidense es contratar a los llamados coyotes. Hemos detectado que dos de cada 10 mujeres que utilizó ese servicio para cruzar la frontera estuvieron expuestas a ser víctimas de trata de personas.

En tanto, en nombre de la CNDH, el quinto visitador general de ese organismo, Édgar Corzo, llamó a las autoridades federales a que la agenda migratoria tenga perspectiva de género y familia para mayor protección y alcance en favor de las personas en contexto de movilidad. Además, presentó la Declaración sobre Género, Migración y Familia, elaborada por el organismo nacional y suscrita por organizaciones civiles.

El funcionario planteó la necesidad de visibilizar las violaciones a los derechos de las mujeres migrantes. Ellas siguen siendo víctimas de violencia, desafortunadamente son distintas las modalidades que sufre en el contexto de migración: violencia física, verbal, discriminación por género, fragilidad en términos generales. Indicó que las llamadas caravanas migrantes aumentan el contexto de vulnerabilidad de ese sector.

Al suscribir la Declaración, las organizaciones participantes en el conversatorio acordaron que las condiciones laborales de las mujeres migrantes trabajadoras deben abordarse de manera especial.

Ana Laura López, fundadora de la organización Deportados Unidos en la Lucha, comentó que a tres años de ser deportada no sabe cómo ejercer la maternidad a distancia, y para reunificar a su familia requiere de trabajo que ya no consigue por su edad, así como una vivienda digna donde pueda convivir con sus hijos.

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