El número de mujeres encarceladas en el país por delitos contra la salud se ha incrementado en años recientes.

Entre 2014 y 2016 creció 103 por ciento a escala estatal y en el ámbito federal casi 9 puntos porcentuales. La mayoría están presas por ilícitos no violentos ligados con el narcotráfico, sobre todo por portación de sustancias prohibidas. Las cárceles se están usando para encerrar a usuarios.

Así lo expresaron expertas de la organización Equis Justicia para las Mujeres en una reciente audiencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la cual se debatieron los efectos negativos –en los derechos de ese sector de la población– que causa la criminalización por delitos de drogas en la región.

En el reporte Políticas de drogas, género y encarcelamiento en México. Una guía para políticas públicas incluyentes, elaborado por Equis, se da cuenta del incremento del número de recluidas en el país por cometer esos delitos. La cifra en el fuero común pasó de 940 casos en 2014 a mil 911 en 2016.

A escala federal, los delitos contra la salud representan la primera causa de la privación de la libertad de mujeres. Los datos registrados más recientes indican que mil 73 fueron recluidas en 2014 por esas faltas, mil 242 en 2015 y mil 169 en 2016.

En la audiencia, los comisionados reconocieron la problemática y se pronunciaron en favor de realizar un informe sobre el uso de la prisión preventiva para personas acusadas de delitos contra la salud y de revisar el impacto de las cortes de drogas

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