Andrea Becerril, Víctor Ballinas, Roberto Garduño y Enrique Méndez

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer en la Cámara de Diputados y en el Senado se convirtió en caja de resonancia de las demandas de democracia paritaria, perspectiva de género en políticas, acciones e instituciones, y eliminación de la discriminación, así como estereotipos sexistas en todos los ámbitos.

A pesar de la importancia del tema, la asistencia a las salas de sesiones fue tan escasa que por momentos se llegó a contar sólo a 40 legisladoras en San Lázaro. Hubo lapsos en el que ni diputadas ni senadoras se tomaron la molestia de escuchar a sus compañeras, pues se ausentaron de los recintos parlamentarios.

En el Senado, durante la sesión solemne en la que recibió el reconocimiento Elvia Carrillo Puerto, la activista María Elena Chapa demandó que el próximo presidente de la República integre un gabinete paritario, con seis hombres y seis mujeres, y advirtió que pese a los avances, el reto para transitar a la verdadera igualdad sustantiva es enorme.

Se encuentra con muchos obstáculos producto de una cultura patriarcal que considera a las mujeres ciudadanas de segunda, recalcó, y dijo que otras batallas que deben librar es por la paridad en los gabinetes, tanto en el federal como en los estatales y municipales.

Se dirigió al titular de la Secretaría de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, enviado del presidente Enrique Peña Nieto a la sesión solemne, y le preguntó cómo entender que ningún gobernador del PRI haya integrado un gabinete paritario y sólo en cinco estados –cuatro encabezados por el PRD y uno por el PAN– se han organizado gobiernos donde la mitad de puestos son para hombres y la otra mitad para mujeres.

¿Como hacer en la política interior, cómo hacer para que sean sensibles?, insistió ante Navarrete, quien compartió la tribuna con el presidente del Senado, Ernesto Cordero; la ministra Norma Lucía Piña y la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Martha Tamayo.

En el salón de sesiones en muchos momentos hubo pocos senadores –faltaron casi 50 y varios de los que asistieron se ausentaban por ratos. Estaban también las ex senadoras Dulce María Sauri, María de los Ángeles Moreno, Beatriz Paredes y Silvia Hernández, entre otras.

Ex senadora y ex diputada, María Elena Chapa habló de la lucha que desde el Legislativo y otros ámbitos se ha dado en favor de la igualdad de la mujer y pidió que no se vayan sin aprobar las leyes contra la violencia política y la que obliga a las empresas a incluir 30 por ciento de mujeres en los consejos de administración.

Previo a la sesión solemne, se realizaron otros actos para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. En uno de ellos, el presidente del Senado, Ernesto Cordero, firmó la Declaratoria Alto a la Violencia Laboral.

Recordó que de acuerdo con cifras oficiales, cerca de 16.5 por ciento de mujeres ha sufrido algún tipo de violencia laboral a lo largo de su vida, como degradación, intimidación, acoso y abuso sexual.

En San Lázaro se aprobaron cuatro dictámenes relativos a la defensa de los derechos de la mujer. Uno de ellos es una reforma a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que tiene como propósito incluir en las órdenes de protección de emergencia la reubicación temporal física del agresor, dentro del centro de trabajo, en caso de que se desempeñe en el mismo lugar que la víctima.

Diputadas y diputados celebraron la aprobación de esta reforma, pero criticaron que el castigo al agresor sea parcial, cuando la medida radical es el despido fulminante.

En una adición al artículo 11 de la misma ley se dice que constituye violencia laboral el impedimento a las mujeres de llevar a cabo el periodo de lactancia y todo tipo de discriminación por condición de género.

También hubo controversia entre diputadas. Carolina Viggiano (PRI) reprochó a Mirza Flores (MC) su ignorancia respecto de los términos jurídicos que contiene el dictamen.

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