Fernando Camacho Servín

La supuesta falsificación de firmas de electores utilizadas por algunos aspirantes a una candidatura independiente para conseguir su registro en los comicios de este año, demuestra que el padrón electoral y los datos personales de miles de ciudadanos son vulnerables, a pesar de todos los filtros y medidas de seguridad que aplica el Instituto Nacional Electoral (INE), afirmó la investigadora universitaria Issa Luna Pla.

De acuerdo con la especialista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, una de las razones de ello es que el año pasado el INE emitió un acuerdo para controlar la consulta y circulación de bases de datos de electores, las cuales antes estaban a disposición de los partidos políticos, la Secretaría de Gobernación y otros organismos.

En la actualidad, los partidos pueden consultar dichas bases de datos en un módulo especial, administrado por el Registro Nacional del Electores del INE, pero ya no les entregan copias en disco compacto, como se hacía anteriormente, ni pueden copiarlas en una memoria USB o imprimirlas.

Sin embargo, los padrones ya fueron copiados o filtrados en años anteriores a 2017 y, por ende, quienes venden firmas o datos de las credenciales de elector probablemente sí tienen los datos personales reales de la gente, porque antes ya circularon, indicó la especialista en temas de derecho a la información pública.

A lo anterior se suma el hecho de que quienes se dedican a la falsificación de credenciales o la venta de sus datos tienen la creatividad y los recursos suficientes para cometer este ilícito a como dé lugar. El crimen electoral siempre va a encontrar maneras de hacer los trabajos ilegales que quiera. El sistema de datos personales sí es vulnerable; es imposible pensar que va a estar protegido al ciento por ciento.

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