Gustavo Castillo y César Arellano

Raúl Cervantes estuvo al frente de la Procuraduría General de la República (PGR) 355 días; fue quien menos tiempo duró en el cargo en esta administración y dejó pendientes las extradiciones de dos ex gobernadores; en el caso Odebrecht anunció que en breve el expediente será consignado, y falta desahogar cuatro líneas de investigación del caso Iguala.

Desde ayer, Alberto Elías Beltrán, titular de la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales, quedó como encargado de despacho.

Cervantes fue vetado por el Congreso para ocupar en automático el cargo de fiscal, ante señalamientos de que podía convertirse en un funcionario que concluyera sin ningún resultado o sanción los expedientes en contra de empresarios y servidores públicos involucrados en actos de corrupción.

En esta administración el primer procurador fue Jesús Murillo Karam, ratificado por el Senado el 4 de diciembre de 2012, y estuvo al frente de esa institución hasta el 27 de febrero de 2015; su renuncia se originó por los resultados del caso Ayotzinapa, al construir la llamada ‘‘verdad histórica’’.

Lo sustituyó Arely Gómez, quien restableció las mesas de diálogo con los padres de los 43 normalistas desaparecidos, hizo públicos 201 tomos de la investigación, aunque no se modificó la ‘‘verdad histórica’’, y se acordó la apertura de nuevas líneas de investigación. Ella estuvo al frente de la PGR del 3 de marzo de 2015 al 26 de octubre de 2016; actualmente es titular de la Secretaría de la Función Pública.

Ayer, antes de formalizar su renuncia ante el Senado, Cervantes Andrade difundió vía Twitter: ‘‘Las instituciones deben ser más eficientes en la procuración de justicia, tener un compromiso indeclinable en el combate a delitos electorales y corrupción e implementar un nuevo servicio profesional de carrera. El constituyente no se equivocó cuando decidió hace tres años crear una fiscalía autónoma’’.

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